miércoles, 31 de mayo de 2006

El Gourmet. Parte IV.

Esperen un momento… ¿Es idea mía o ahora hay más verduras que antes?

Porque cuando yo era chico existían, qué se yo, diez o doce verduras. Tomate, lechuga, cebolla, papa, choclo, zapallo y vamos parando de contar. Y eso en la categoría “verduras propiamente dichas”. Porque es cierto que había otras, pero ya estamos entrando en el terreno de las variedades “exóticas”: remolacha, escarola, hinojo, pepino, rabanito y -no sé- berenjena. Puedo estar olvidándome de alguna que otra, pero estamos de acuerdo en que apio más, perejil menos, la flora verdulera estaba más o menos acotada.

Ahora bien. Yo no sé si fue por la globalización, la Internet, el uno a uno, el manoseo genético o qué mierda, pero desde hace unos años a esta parte hay verduras nuevas. Sí, señor: verduras nue-vas.

¿O me van a decir que eso del zuquini existía hace veinte años? O el echalop ése. ¡No, querido! No existían. Son productos nuevos, hechos en laboratorio, diseñados con autocad, o algo así.

Traten de hacer una receta del Canal Gourmet. Porque ahí, claro, mucha producción, mucha producción… Te dicen: “cortamos los papines”, como si yo pudiera ir acá a lo de Don Ataúlfo, el verdulero y decirle: “papines, un kilo”, sin que Don Ataúlfo me mire mal. ¿Dónde se compran esas verduras modernas? ¿En “Morph”?

Cuando yo era chico, en la escuela hacíamos la germinación del poroto. ¿Se sigue haciendo así, o ahora los chicos estudian la germinación del pepino japonés orgánico?

Mensajes recibidos

Seguimos respondiendo mensajes así, estilo radio, porque soy un tipo educado y me gusta responder a la gente que escribe, y porque si llego a intentar responder uno por uno, como comment de comment, voy a terminar en un loop laberíntico, estrangulado con el cable del mouse.

Anonymous, habla del chef del Gourmet.com que parece tener una capacidad de asombro muy desarrollada, porque dice: “¡asombroso!” cada minuto, minuto y medio a fuego lento.
R.: ¡Ya sé quién es! ¡Me había olvidado del “asombroso” Martiniano Molina!

Fender, de Fender Gebiet, dice tener un taladro eléctrico y una caladora, y promete no parar hasta el destornillador eléctrico.
R.: Esteee... tal vez olvidé mencionar que junto con el flamante taladro me hice de un elegante destornillador eléctrico con un montón de puntas philips, parker, sheaffer y 303. Ya desatornillé y volví a atornillar toda mi casa, tres veces. Gracias por el link.

Otro Anonymous me pregunta qué mongo es el cardamomo que tanto lo menciono.
R.: ¡Eso mismo es lo que me pregunto yo! No tengo ni la menor idea. Es algo que tengo acá en la alacena y que cada tanto lo mencionan en el Gourmet.com, pero todavía no me animo a ponérselo ni a las lauchas.

Otro Anonymous más se despacha con la definición del cardamomo. Copio y pego:
Cardamomo (nombre masculino) 1. Planta de hojas grandes, flores blancas con listas azules y bordes amarillos, fruto en forma de pequeña cápsula y semillas de color castaño oscuro que se usan como especia; el cardamomo es originario de la India y del sudeste asiático. 2. Fruto de esta planta.

R.: ¡Sí, es eso! ¡Se parece a eso que usted dice! ¿Pero para qué sirve, pregunto yo? ¿A qué se lo echo? ¿Al peceto? ¿Al asado? ¿Al café?

Jes, de Lalalala... el chip, mamucha! dice si la rubia del Gourmet que yo menciono es esa rubia “que pienso yo” (ella) y que le irrita mucho que a las galletitas les diga “cookies”.
R.: Es esa misma que piensa usted.

Negra Murguera, de Esta boca es mía pregunta si estamos hablando de Dolly Irigoyen, de quien no soporta su tono de voz.
R.: Fetivamente.

Un Anonymous se solidariza conmigo respecto a mi problemita de compulsión adquisitiva de utensilios de cocina a pesar de mi completa ignorancia culinaria, afirma sufrir de lo mismo y encima me hizo reír mucho cuando dice que “hago una ensalada y se me quema”. Y termina mencionando, como ejemplo, que tiene una “Pastalinda” a la que nunca le llegó a quitar el envoltorio.
R.: Si yo te dijera las veces que estuve a punto de entrarle a una Pastalinda pensando: “Esto lo necesito… esto lo necesitoooo”. Si yo te dijera...

El Bruche (tenemos un temita con los nombres, ¿no? El Bruche... Negra Murguera... Zorra... Podeti... bueno, en fin...) El Bruche –estábamos- también dice recordar unas cosas que yo escribía hace mucho, y a pesar de eso dice que es “buenísimo” reencontrarme.
R.: Muchas gracias.

La misma Negra Murguera dice que el chef oriental que habla como después de haberse mandado los 100 metros llanos tiene un “hablar zen”, porque dice “fijensén”, “comprensén” y “preparensén”.
R.: Me hiciste reír.

Lucas J., de La libreta de apuntes dice que agradece la mención de Podeti porque encontró otro espacio en el cual reírse.
R.: ¿Cuál? Pasanos el link, macho, así vamos todos.

Los mensajes enviados por línea privada han sido respondidos por la misma vía.

Quedan algunos mensajes más y terminamos. Honestamente, no creo que después de que amaine el Efecto Podeti sigan entrando muchos más, así que me guardo los últimos para más tarde. Y luego, de vuelta al ostracismo y a que me lea sólo mi vieja. (A propósito, mi vieja ya no sólo me guglea, sino que me audita las visitas al coso. ¿No se puede limitar el acceso de cierta gente a la autopista informática?).

lunes, 29 de mayo de 2006

Spam telefónico

Vivo solo y trabajo en mi casa. Esto me expone diariamente a una media docena de llamadas de telemarketing, que comienzan invariablemente de la siguiente manera:

-Buenos días, ¿hablo con la señora Elena Cadorna? –(la antigua propietaria; nunca cambié la titularidad del teléfono).
-No, no vive más aquí… Ni creo que viva, tampoc...
-Ah… ¿Y quién es el que toma decisiones en su casa?

(Siempre esa preguntita desafiante, como diciendo: “A ver vos, gil, si sos capaz de tomar una decisión… Comprame esta prepaga, sé hombre.”)

-Wilson, mi pelota de vóley manchada de sangre, pero ahora está ocupada, ¿por qué asunto es?

(Y aquí siempre viene la parte en que me gané “medio” auto, o “medio” viaje al Caribe, o que me quieren enchufar una prepaga, un servicio de emergencias, un curso de computación, un servicio de llamadas de larga distancia, en fin…)

Me llamaron el otro día. Comenzaron con el mismo textito de siempre, preguntando por Elena Cadorna, que quién lleva los pantalones en la casa, etcétera…

-Le hablamos de Telefónica de Argentina…
-Ajá.
-El mes pasado usted hizo dos llamadas a Estados Unidos…
-Um… sí, ¿y? –dije, mientras pensaba: “taquelotiró… me atrasé en el pago… me van a cortar la línea y la put...” -Sí, hice dos llamadas a Estados Unidos… Perdón, ¿cuál es el problema?
-No, no hay ningún problema, señor. Pero lo llamamos de Telefónica porque hemos notado que usted no tiene nuestro plan para llamadas de larga distancia “LlameFácil”, con descuentos de hasta un 25% en llamadas a Estados Unidos y...
-No, no me interesa, muchas gracias.
-Pero… ¿no le interesa tener descuentos de hasta un 25% en sus futuras llamadas a Estados Uni...?
-No, no me interesa tener descuentos en mis futuras llamadas a Estados Unidos. De hecho, no pienso hacer futuras llamadas a Estados Unidos. Pero ya que estamos en el tema, me interesa saber qué carajo de derecho tiene una compañía de teléfonos para andar mosconeando llamadas que yo hago y que –hasta donde yo sé- pago como un señorito inglés, sólo para tratar de venderme una mierd...

Clc. Tuuut... tuuut... tuuut...

Y me quedé pensando. Hacés dos llamadas a Estados Unidos y tu compañía de teléfono te llama para decirte que el día 24 de abril hiciste dos llamadas al teléfono equis, con una duración de tantos minutos, y que te conviene comprar tal o cual plan de larga distancia para ahorrarte un 15 por ciento.

Y yo me pregunto: ¿quién carajo les da derecho a usar esa información con fines de marketing, eh?

-Buenos días, le hablamos de Metrogás. Según nuestros registros, usted mucho Canal Gourmet, mucho Canal Gourmet pero cocina para el orto. ¿No quiere contratar nuestro plan de seguro contra comida quemada?

-Buenas tardes, somos de Aguas Argentinas. Según nuestras mediciones, usted se baña dos veces por día; apenas se levanta y justo antes de irse a acostar. ¿No le interesa obtener grandes descuentos gracias a nuestro nuevo plan para maniáticos?

-Buenas tardes, le hablamos de Fibertel. Hemos notado que usted entra todos los días al blog de Podeti... ¿No le interesa suscribirse al “Plan Yo Contra El Mundo 2006”, con descuentos de hasta el 15% para quien entra todos los días a la misma página? Y permítame mencionarle los beneficios de nuestros otros planes para ooootro tipo de paginitas a las que usted parece ser taaaaaaaan aficionado… Déjeme ver sus registros, el día 23 de abril usted entró a doblevedoblevedobleve punto...

viernes, 26 de mayo de 2006

Por línea privada

Tengo un problema. Hace unos días, en medio del Efecto Podeti, me mandé la bananeada de responder algunos mensajes imitando el estilo radial de responder mensajes “en tanda”. Me salió mal. Fui acusado de hacerme el piola y –me lo han dicho cara a cara- no queda bien en un coso de estos.

Así que ahí quedaron en unos cuantos mensajes sin comentar. Me pareció que responderlos en tanda era una buena manera de agradecer tanta buena onda y que, tal vez, podía servir para pelotear un poco algunos temas que, si respondiera sólo en privado –o si no pudiera hacerlo por tratarse de anonymous users- se perderían.

Así que perdón por la canchereada, y sigamos alimentado el coso como corresponde.

Pero me van a tener que disculpar algo. Tengo que publicar aquí la respuesta a un anonymous user, respuesta que estaba entre todos los mensajes que respondí pero no publiqué.

Decía así:

Un tercer Anonymous dice que Martiniano Molina es ex jugador de hándbol, y pide más precisión en los comentarios “que es de un exalumno suyo” (o sea yo, je).
R1: Sí, loco. A ver si se ponen las pilas y me dicen a qué jugaba el fulano éste.
R2 (fuera de programa): Si este Anonymous (que me brinda tres letras de su nombre y una de su apellido) es quien yo creo que es, me desmayo aquí mismo, porque lo estuve buscando hasta hace dos meses. Por favor, escribime aquí.


Es todo. Sigamos, como si nada…

ML

PD: ¿Cómo es eso de “los 4 nosequé”? Me hablaron de eso, pero me llegaron unas preguntas sueltas, y no entendí mucho… ¿Cómo es la mano?

miércoles, 24 de mayo de 2006

El Gourmet. Parte III.

No es que yo tenga un problemita con el Canal Gourmet, pero sí, bueno, tengo un problemita con el Canal Gourmet.

Y tengo un problemita con el Canal Gourmet porque me gusta. No voy a andar yo criticando, pongamos, eso del JackTV o como se llame esa porquería en la que quieren que uno llame para no se qué (un día de estos voy a llamar, pero no precisamente para participar de un juego; no sé si me explico). Critico el Canal Gourmet porque me gusta mucho. Pero eso ya lo dije.

Y, por los comentarios que me han llegado, nos gusta a muchos. Ahora bien, a ver si alguien me puede explicar una cosita:

¿Me pueden explicar por qué para los chefs del canal Gourmet, todo es “de ellos” o -en el mejor de los casos- “nuestro”?

“Abro MI horno”, “agarramos NUESTRO plato”, “corto MI tomate”, “subimos NUESTRO fuego”, “pelo MI nab... cebolla”.

No me vengan con que nunca lo notaron, porque es un problema que tienen TODOS los chefs, incluida mi respetadísima Narda Lepes. Y no es que se les escapa un “nuestro algo” una vez por programa. No. Lo dicen cada vez que agarran un cuchillo, un tomate o prenden un fuego. Todo es “suyo” o “nuestro”.

Y no es que, supongamos, como excepción, dicen “mi cuchillo”, como diciendo: “sí, es MI cuchillo; es mío y me lo traje de mi casa, porque con la producción todo bien, la cocina es muy linda, todo muy limpito, te ponen musiquita, te ponen perejil fresco, todo lo que quieras… pero te dan unos cuchillos desafilados que me hacen pasar un papelón, así que este cuchillo, señores, me lo traje de mi ca-si-ta”. No.

¿Pero una cebolla? ¿Es TU cebolla, flaco? ¡Es una cebolla, no jodamos! ¿Tenés que reclamar propiedad sobre cada hortaliza? ¿Se afanan las cebollas entre ellos?

CHRISTOPHE: Y ahora tomo mi cebollá...
DONATO (entrando por la izquierda del decorado, donde está grabando su propio programa): ¡Ma’ qué TU cipolla ni TU cipolla! ¡Questa e’ mía cipolla! ¡Traé pacá o te dejo la trompa...!
BORJA (entrando por la derecha del decorado): ¡Hostia! ¡Que ahí estaba MI cebolla, tío! ¡Y yo como un gilipollas buscándola en el estudio B! ¡Venga! ¡Que tengo que hacer un potaje de lujo!
CHRISTOPHE: ¡Ustedés son dos chorrós! ¡Me quieren chetear la cebollá y estamos al air...!
DONATO: ¡Vos te callás!

(Se entran a dar con las cacerolas, sartenes y espumaderas): ¡CRASH! ¡PUM! ¡PAM! ¡ZAP!

HERMANA BERNARDA: ¡Hijos míos, no peleen...!

Bueno, basta. Ahora, en serio. Vayan. Vean el Canal Gourmet. Cualquier programa. Y me cuentan los “mi” y los “nuestro”. Y seguimos hablando.

martes, 23 de mayo de 2006

Último momento: problemas con el coso

Pedimos disculpas por los posibles inconvenientes, pero andamos con problemas en el blog éste. No sé si anda mal el cosospot, o si me lo chetearon.

Debe haber sido Umberto Eco.

O Podeti. ¡Claro! ¡Podeti!

Ampliaremos.

lunes, 22 de mayo de 2006

Scott Adams

Un Anonymous me pregunta por qué, ya que nombré al humorista Scott Adams y que puse el link a su página de Dilbert, no linkeé su blog.

Linkeé la página de Dilbert porque mencioné a Scott Adams en un contexto en el que hablaba del humor sobre Internet y las computadoras, y muchas de las tiras de Dilbert tocan estos temas.

El blog de Scott Adams casi no hace humor sobre estos temas. O, para ser más precisos, casi no hace humor. Este blog es una maravilla absoluta donde el tipo habla de lo que se le canta; desde un ejercicio sobre inversiones en el mercado de valores hasta un debate entre el darwinismo y el “diseño inteligente”, pasando por un temita bastante serio sobre la religión musulmana.

Vayan y léanlo. Lo mejor que me podría pasar en la vida es que me traigan uno de esos temas que se discuten allí, para debatirlo acá.

Lo leo todos los días, el post principal y todos los comments que ponen los lectores (y tiene como 400 comments por post, el quía).

Y yo que casi me infarto cuando un post mío llegó a los 17 comments…

domingo, 21 de mayo de 2006

Éramos pocos y saltó Umberto Eco

A esta altura del campeonato, cuando ya opinan sobre El Código Da Vinci hasta en el programa “El Aguante”, cuando ya no podés ni abrir la revista Segundamano sin que en la tapa se lea: “¿JESÚS TUVO HERMANOS? ¿Y CUÑADOS?”, cuando el temita éste me tiene ya que me las pateo, me vengo a enterar de que Umberto Eco se enganchó en una pelea de conventillo con el chico éste Dan Brown.

Umberto Eco, parece mentira… Hombre grande, 74 años, profesor de semiótica en la Universidad de Bolonia, doctor de no sé cuántas universidades, tipo de prestigio, intelectual con una pila así de obras serias publicadas, entre ellas dos novelas de un éxito tremendo… Autor de la novela más interesante que yo haya leído jamás: El péndulo de Foucault (y ojo que no digo: “la mejor novela”; digo: “la novela más interesante”, que es otra cosa).

Venir a meterse en este puterío... Y encima con un tono berreta de “guerra de vedettes”…

Parece que lo invitaron a reunirse con el Brown, y Umberto Eco salió con que no, que con ese “intrigante” no, con ése no, que se “enriquece con material de descarte”…

“¡Ni muerto!” –cito al tano –“¡Viajaré a Vinci en otra ocasión, cuando esté allí un verdadero escritor! ¡Yo no me junto con perejiles!” (bueno, esto de no juntarse con perejiles lo agregué yo para darle un poco más de efecto, pero el resto es todo cierto).

Por favor. Parece una de esas peleas entre Nicole Nosequién y Pampita Nosecuánto.

-Ay, no… Si va esa chirusa yo no aparezco. ¡A ver si me sacan una foto con ESA!
-Más chirusa serás vos, mucamita…
-¿¿¿”Mucamita" quién??? ¡Vení para acá que te arranco las extensiones!

Bueno, esto es más o menos igual, pero con escritores de libros con curas.

-Don Eco, mire... Queremos hacer una nota con usted y Dan Brown, vio... Ya que usted escribió El nombre de la rosa y…
-¡Ay, pero a mí no me van a comparar con ese intrigante que se enriquece con material de descarte! ¡Ni muerto! ¡Yo me junto con verdaderos escritores!
-Bueno, vea… No se ponga así...
-¡Y díganle a ese mocosito que ya que ganó taaaaaaaantos millones con esa novelita sobre curas y templarios, que se compre ropa, que se compre! ¡Que siempre aparece en las fotos con el mismo saquito marrón y la misma polerita!
-Bueno, pero...
-¡Pero nada! ¡Y ese flequillito ridículo! ¡Si quiere hacerse el intelectual que use una buena pelada como yo, y no ese flequillito!

Gente grande. O, mejor dicho, gente que creíamos inteligente.

Vamos a ver si nos ponemos de acuerdo.

El Código Da Vinci será una bosta en términos literarios e intelectuales. Será medio traído de los pelos en términos históricos y teológicos. Todo lo que quieran. Pero es un libro que lo agarrás y no te lo pueden sacar ni cortándote las manos con un soplete. Es un libro divertidísimo, que te lo leés en un día de lluvia, lo terminás, decís: “ta bieeen”, y te olvidás del asunto.

Y Umberto Eco está calentito, porque también escribió una “novela policial con curas” que es una obra literaria del carajo, que está maravillosamente documentado (Apostillas a El Nombre de la Rosa lo recuerdo como una obra maestra sobre el oficio de escribir), pero que para poder pasar el primer cuarto de broli tenés que ponerle unas ganas... pero unas gaaaaaanas...

Así que se me dejan de joder los dos. Se me dan la mano y se van cada uno a lo suyo, y sanseacabó.

Psssss.

sábado, 20 de mayo de 2006

Tanda musical



Estamos escuchando este disco de Hélène Grimaud, que toca que es una maravilla y además está tremenda.

Mensajes recibidos

Ahora que aflojó un poco el “Efecto Podeti” (más de 700 visitantes nuevos, casi 1600 “hits”, y un montón así de mensajes recibidos entre “comments” a algunos posts y mensajes enviados a mi email privado), y como todavía no la tengo muy clara sobre comentar comments (y fundamentalmente porque ya me estoy mareando de tanto usar palabras como “hits”, “comments”, “posts” y “Podeti”), vamos a responder varios mensajes de un saque.

Gise, de Delirios Disimulados, dice imaginar que no me gustan los programas de Utilísima.
R.: Imagina bien, imagina bien… No me van a comparar el Gourmet.com con Utilísima, porque cierro este boliche y me voy.

Maun, de Mujeres con sombrero, dice que por escrito no se nota mi defecto para hablar.
R.: Muchísimas gracias. De ahí este experimento que –ahora lo descubro- tal vez no sea otra cosa que un intento de hacer “radio por escrito”. Por lo pronto, ya tenemos “tanda de mensajes” y todo…

El amigo Maximus, de ¡Paren las rotativas! confiesa un problemita en el habla similar al mío que le trae algunos problemas con su esposa y dice que quiere contratar al locutor Jorge Formento para integrarlo a la pareja, o algo así.
R.: No quiero meterme en problemitas maritales, y además hasta que con Maximus no arreglemos un temita sobre Ricardo Arjona, lo tengo en capilla.

P.S. de Sucesos argentinos me dedica unos elogios inmerecidos.
R.: Esteeee… Gracias.

Otra vez Gise, para decirme que es mujer y adolescente y que sabe usar un taladro.
R.: No entendí si es una ironía o una amenaza. Por las dudas, muchas gracias.

Zorra, de No tengo nada que decir, pero lo digo igual, female, 18 años y un nick que se las trae, me menciona a un chef español del Gourmet.com “que se habla toooooodo".
R.: ¿¿¿El Borja??? ¿El que dice “¡de lujo!” cada dos cucharadas de sal? ¡Lo tengo, sí! Es simpátiquísimo, pero cómo habla, por favor…

Circe, de Uuhh, loco…, dice que la reina de la comparsa elevada a la categoría de líder de masas “al menos se jugó el culo por un bosque”.
R.: Si por “jugarse por un bosque” estamos hablando del temita de la deforestación, creo no estar en condiciones de opinar (o más bien estoy en condiciones de ganarme un quilombito). Y en cuanto al culo de la señorita en cuestión… muy lindo culo, pero de ahí a levantarlo como un estandarte…

Carolina, desde Madryn (no, no es un blog… Es una ciudad: Puerto Madryn).
R.: Muchísimas gracias.

hijodecorrea enumera algunos magos famosos (y ciertamente más serios que el pelagatos éste que se puso en remojo al pedo), y es compañero mío de la secundaria y le mando un abrazo enorme, y que alguien le diga que ya le contesté los dos mails privados que me mandó y nada.

(Vamos a una tanda y seguimos con más mensajes, sino esto queda muy largo. Ya volvemos...)

viernes, 19 de mayo de 2006

El Efecto Podeti

La inesperada e inmerecida mención de este blog que ayer hiciera Podeti en el mejor weblog del mundo, me ha traído más de 300 visitantes nuevos, 1000 "hits” o “pageviews”, una veintena de mensajes (entre “comments” y mensajes privados a mi email) y la tremenda responsabilidad de tener que escribir algo digno de semejante publicidad dentro de las próximas 24 horas.

Sospecho que esta tarde voy a tener tiempo de publicar un par de cositas que tengo en mente (sí, una de ellas tiene que ver con una manía de TODOS los chefs del Gourmet.com; ando medio obsesionadito con eso), pero mientras tanto voy a decir algo sobre el señor Podeti.

Yo no sé nada sobre humorismo, pero sé un montón sobre lo que a mí me hace reír. Y tengo para mí que el hacer reír es una tarea dificilísima. Hacer llorar es más fácil. “Uno pica una cebolla y se pone a llorar; tráigame usted una hortaliza que me haga reír”, dijo Fidel Pintos.

Y de entre todas las formas del humorismo, creo que el humor escrito es el más difícil. En el cine y la televisión, la imagen ayuda mucho. En la radio, los sonidos, las entonaciones o un simple “hablar gracioso” también complementan.

Pero en el ejercicio del humor escrito te sacan hasta el banquito, y sólo tenés dos herramientas: las veintipico letras del abecedario y un papel (o una pantalla de computadora).

Yo creo que Esteban Podeti es uno de esos monstruos que nacen muy de cuando en cuando. Y no lo digo ahora, sino que lo decía ya hace más de doce años, cuando Podeti publicaba Vito & Fiona en una revista en la que yo trabajaba. Tengo testigos de esa época que me oían decir: “Este pibe es bueno en serio”. Años más tarde compraba la revista Internet Surf sólo por la historieta de Podeti: el primer y único tipo en todo el mundo que me hizo REÍR haciendo humor sobre Internet y computadoras (después, tal vez, Scott Adams, pero no estoy tan seguro).

Quiero terminar con una definición sobre el humor inteligente que diera Alejandro Dolina hablando sobre Woody Allen: me hace “sentir esa felicidad del halago que le hacen a la propia inteligencia”.

Eso es lo que hace Podeti.

miércoles, 17 de mayo de 2006

Ay...

Por favor, díganme que no soy el único que se siente un poco incómodo al ver a la reina del corso catapultada a la categoría de activista política.

¿Soy el único que fantaseó con la idea de pedir asilo en la embajada de algún país más serio, pongamos Turkmenistán, cuando vio a esta chica en televisión (o en el diarionline, que es más o menos lo mismo), con anteojos negros, bufandita elegante y un look de candidata a senadora diciendo: “Seguimos esperando respuestas positivas de parte de los presidentes”, mientras los títulos sobreimpresos advertían: “Evangelina Carrozzo llegó a la protesta”?

¿En qué país y desde cuándo una reina del carnaval se convierte en líder de masas en menos de una semana, sólo por haber aparecido en culo ante un grupo de políticos?

Ah, sí… ya sé. En éste. Y desde hace mucho.

Que la NASA se ponga las pilas

Al final tiene razón acá el amigo Podeti. Estos tipos son medio boludos.

¡Ah, varón!

Tengo treinta y tres años. Trabajo desde los dieciséis. He leído libros. He viajado por el mundo. He escrito. He tenido tiempos buenos y tiempos malos. He gozado de modestas glorias y he sufrido no tan modestos fracasos. He ganado mucho dinero y he perdido mucho –mucho más- dinero. He tenido casa y perr… bueno, gatos. He plantado árboles. No tengo hijos, pero tengo ahijados hasta no reconocidos. He conocido el amor.

Pero no sabía –hasta hace unos pocos días- lo que era ser verdaderamente un HOMBRE.

Esteeee… Me compré un taladro.

Agradezco los aplausos de la audiencia masculina, que entiende de qué estoy hablando, pero déjenme seguir… Gracias… gracias…

Sí, me compré un taladro. Alcancé el ápice mismo de la masculinidad. Y no me vengan con lo fálico, ni con simbolismos baratos. No me jodan. Un taladro es un taladro. Pero un hombre no es hombre hasta que tiene un taladro.

No entiendo cómo pude vivir hasta ahora sin un taladro. He sido responsable de cinco casas diferentes y nunca había tenido un taladro. He tenido que depender de un amigo, de un cuñado, de un portero, para que viniera a hacer un hoyo en una pared, sin poder experimentar el regocijo animal, primigenio, de decir: “ah… perá un cachito… dejame traer el TALADRO”.

Y aquí tengo mi taladrrrro (perdón por la exagerada vocalización de la última sílaba, pero es que hasta el nombre es elegante). Lo tengo acá, sobre mi escritorio, mientras escribo esto; junto a mi lapicera preferida, mis dividís de Seinfeld y mi copa de cabernet sauvignon. Aquí está mi taladro.

Parece un arma. Tiene manijita adelante, como esos subfusiles modernos. Tiene una cosa como una reglita a un costado, que parece una mira telescópica y que aparentemente sirve para no perforarle el cráneo a un vecino, pero que todavía no sé muy bien cómo se usa. Tiene velocidad variable, percutor, reversa…

(Ampliaremos...)

sábado, 6 de mayo de 2006

El Gourmet. Parte II.

Como ya dije antes y más abajo, me gusta el concepto de cocinar. Me fascinan la escenografía, la utilería, los sonidos, los olores y todo lo que rodea al hecho culinario, con excepción del hecho culinario en sí mismo, es decir: el cocinar.

Por lo tanto -se cae de maduro- mi canal favorito es El Gourmet. Es un canal hecho exactamente para mí. Yo me siento a ver el canal Gourmet y puedo disfrutar de todo lo que mencioné en el párrafo de arriba: escenografía, utilería, ruidos, sonidos, aromas (bueno, aromas no, pero no me arruinen la idea), en fin, de todo lo que tiene que ver con la cocina, pero sin ensuciar.

Te ponés el Gourmet, y ahí están los tipos preparando “cachetes de tiburón de río con papines silvestres y espuma de maracuyá y cardamomo”, y uno se emboba con la musiquita modernosa, los cacharros que brillan como espejos, los chefs-conductores que te pican una cebolla sin soltar una lágrima ni una gota de sangre… mientras uno se manda un patilisto. Es más o menos como deleitarse con la mejor porno del mundo, mientras uno… Bueno, creo ya tienen la idea.

Y la estética es una belleza, con esas cocinas antisépticas pero a la vez cálidas, esos separadores con animaciones transparentosas, esa musiquita que de tan moderna ya es efímera. Hasta ahí, una delicia.

Lo que no entiendo es por qué todos los conductores de El Gourmet tienen alguna particularidad en el habla.

Todos tienen una cosa rara en el habla. Un defectito aquí, un pequeño vicio allí, una ligera deficiencia más allá.

La mejor es Narda Lepes, que tiene toda la onda. Es clara, no se hace la simpática, y hace lo suyo con profesionalismo. Sabe perfectamente que nadie le pide que sea Xuxa, y la mina tiende a una simpatiquísima antipatía. Sonríe cuando no hay más remedio, y una sonrisa es un destello bienvenido por lo inesperado. Tiene un solo problema: en la mitad de una frase se sumerge de golpe en una laguna mental y te cuelga con el final y andá a adivinar lo que iba a decir. “Y ahora, si quieren, pueden agregarle un poco de…”. Y se calla y sigue trabajando en silencio durante los próximos treinta segundos. ¿Agregarle un poco de qué? ¿A ver? ¿Qué le está agregando? Parece cardamomo… Yo tengo cardamomo en mi alacena y se parece a eso… Aunque en mi alacena también tengo Drumoline para las lauchas y TAMBIÉN se parece a eso…

En fin, pese a sus pequeñas y pasajeras lagunas discursivas, Narda Lepes es la mejor.

Después hay un señor rellenito de aspecto oriental que habla como si acabara de llegar desde Oriente… corriendo. Hay otro cuyo modelo televisivo debe ser Tinelli, porque para él todo es ESPECTACULAAAR… “Y vean este pesceto… ¡espectaculaaar!”, “Y ahora probamos la salsa… ¡espectaculaaar!”, “Bajamos un poco el fuego… ¡espectaculaaar!”. Alguien que le diga, por favor, que afloje un poco, que no todo tiene que ser pum para arriba.

Después tenemos al francés, ése que habla un castellano perfecto como si hubiera vivido aquí trescientos años, pero no se va a perder la posibilidad de cancherear con el hecho de ser chef y francés, y entonces acentúa todas las palabras en la última sílaba: “…y lavamos el cuchillitó…”, “…agregamos cardamomó…”

Tenemos al chileno que sufre de la gravísima anomalía en el habla conocida como “ser chileno”.

Tenemos a la mina esa que todos dicen que cocina requetebién, que escribe en la revista dominical de un diario, pero que habla como si hubiera memorizado el texto desde el “Hola, hoy vamos a preparar…” hasta el “Bueno, chau”, y que tiene la misma simpatía que esos programitas de computadora que te leen los textos con voz sintetizada.

Yo no sé. Es como si a la hora de hacer el casting para este canal, hablar “raro” fuera una ventaja.

-¿A ver? ¿Y usted en qué se especializa?
-S-s-so-soy t-t-ta-ta-tar-tartamumu… do.
-¡Horario central! ¡Lunes a viernes! ¡El siguiente!

-Mí tener problemo en mío conversacionar porque yo ser de…
-¿Azerbayán?
-Desertor escolar.
-¡Contratado!

Yo también tengo un problema de dicción. No, no estoy jodiendo. Yo hablo con una gran economía de movimientos de la boca, rayana en el mutismo. ¿Vieron esa gente que habla dormida y que entre ronquido y ronquido se manda un “mrbsmrbromssslapalangana”? Bueno, la única diferencia es que yo no ronco mientras hablo, pero me expreso con idéntica claridad. Desde que tengo catorce años que me vienen sugiriendo la idea de ir a un foniatra, fonoaudiólogo, fontanero, o como se llame el especialista en eso. Nunca fui, y ahí ando por la vida, repitiendo y aclarando todo lo que digo, aunque mis aclaraciones no sean más que repeticiones igualmente herméticas, pero en volumen más alto: “MRBSMRBROMSSSLAPALANGANA, ¿¿¿O NOMENENDÉS LOQ EDIGO??? ¿¿¿HABLÓN CHILEN YO???”

Tengo todo para triunfar como chef en el Canal Gourmet.

Ah, bueno, claro… El temita de no saber cocinar…

martes, 2 de mayo de 2006

¡Ya va, ya va…!

Pido disculpas al Visitante Desconocido de este coso y a mi señora madre por no haber actualizado mucho el material durante este fin de semana, ni siquiera con el recurso facilista de poner un link a alguna huevada absoluta elevada a la categoría de noticia online de último momento (HAEALCDNODUM).

Sucede que este fin de semana se mostró complicado como pocos. Empezamos con una constipación del disco rígido que me obligó a formatear el artefacto e instalar todo el soft de nuevo, pasando por ciertas responsabilidades domésticas y terminando con una entrega urgente que tengo atrasada desde 1998, más o menos.

Termino un par de cositas y me pongo a agradecer y responder los comments que recibí durante estos días, y a escribir algo que se me ocurrió esta mañana (aunque no puedo prometer que sea algo más interesante que un simple link a alguna HAEALCDNODUM).

Ay, no. Tengo la cena de cumpleaños de mi mamá.

Bueno, cuando vuelvo.

lunes, 1 de mayo de 2006

¡Éramos pocos y resulta que mi vieja es más rápida que Google!

Todavía no hace una semana que inauguré este coso. No le dije a NADIE. PERO A NADIE. No le dije ni a mis amigos, ni a la gente de la editorial para la que hago algunas cositas, ni “sugerí el sitio” en los buscadores, ni un pedo. Apenas sí escribí un comentario en un blog en el que se me menciona, pero sin decir “¡y no dejen de visitar mi blog!”, ni nada de eso. Nada. Perfil bajo. Quería ver qué pasaba, a ver qué onda.

Y adivinen qué pasó. Pasó que me acaba de llamar mi vieja, a las once de la noche, para preguntarme qué es “un bloc”, y qué hago yo ahí, y que por qué no le dije nada y que si mañana voy a almorzar con ella.

Mi primera respuesta fue una maniobra de distracción:

-Eh… No… Yo no soy… No sé qué estarás viendo pero yo no tengo nada que ver. Debe ser alguien que se llama igual…
-No, no, no. Sos vos. Acá dice: “Yo también me puse un bloc.” ¿Qué es un “bloc”?

Acorralado, intenté amedrentarla con una repregunta disuasiva:

-¿Y qué mierda hacés vos buscándome en Internet? ¿Eh? ¿Desde cuándo me buscás en Internet? ¿Desde cuándo tenés Internet y desde cuándo sabés qué es Internet, ya que estamos? –ya la tenía contra las cuerdas con mi contrainterrogatorio, pero faltaba un golpe de efecto. -¿Eh?
-Ah, yo a veces te busco en Internet. A vos, a tu hermano

Ajá. Bien.

Así que mi madre me guglea. No sólo me llama todos los días para preguntarme cómo estoy, qué estoy haciendo y cuándo voy a visitarla, ¡sino que además me guglea!

¡Y ahora me lee el coso!

Así que a menos de una semana de haberlo inaugurado, ya tengo el problemita de tener que pensar que lo que yo escribo aquí lo lee mi vieja antes que Google.

La cosa se complica.

PD: Sí, mamá. Mañana voy a almorzar con vos. Y, ya que estamos, feliz cumpleaños. Yo.