To: Dios | Subject: Fin del Mundo

Estimado Dios:

He aquí a tu siervo. Éste siervo, el de acá, eu. ¡Acá! El de la otra vez, sí.

Me dirijo a Ti a los efectos de aclarar los tantos sobre este temita del fin del mundo, porque me parece que acá hay algo que no está bien, las cosas no se están haciendo como se deben y Alguien se está haciendo el boludo.

En primer lugar te aclaro que el hecho de que hayas decidido poner fin a la raza humana me tiene muy sin cuidado. Yo no soy quién para interferir en los designios Tuyos que, ya se sabe, son inescrutables. Al fin y al cabo, hace poco vi “Cosmos”, de Carl Sagan, y me quedó clarísimo que somos una insignificante y microscópica cagada de microbio.

Hace mucho que no hacemos nada que valga la pena.

En ciencia y tecnología, a lo máximo que hemos llegado es a inventar la Internet, que a su vez alcanzó su apogeo con la aparición del Facebook, así que imagino tu decepción.

En las artes (que para eso estábamos, según creo), desde que te llevaste a Beethoven que no hemos hecho mucho. Bue, Bon Jovi, ponele. Pero si un solo hombre justo no alcanzó para salvar a Sodoma y Gomorra, entiendo que con un solo ejemplo de algo bueno no te debe alcanzar para parar el aniquilamiento.

En política hemos inventado las “listas testimoniales”, que mejor que no te lo explique porque te vas a poner más cabrero todavía.

Y en cuanto a Tu mensaje (sea éste el que fuera, vaya uno a saber) no hemos entendido gran cosa. O, peor aún, muchos han CREÍDO entender y andan por ahí matándose en tu nombre, con peleas entre barras bravas que corean Tu nombre y otros que corean tu OTRO nombre, pero lo corean medio así: “¡ahlabalalalalahlalalabalahlalaaaalalala!”, y encima éstos usan pirotecnia pesada. Otros grupos, también atribuyéndose el entendimiento de Tu mensaje, son menos violentos pero andan por ahí estafando a la gente vendiéndoles cosas como La Espada de la Furia Tuya, o pedazos del Manto Sagrado 50% algodón / 50% poliéster.

Así que entiendo Tu decisión; últimamente no hemos hecho gran mérito para seguir existiendo, y además ya sabemos que todo tiene un final, todo termina, como bien dice –justamente- Vox Dei, o sea TU voz.

Pero sí me parece que podemos conversar un poco acerca del cómo.

Porque, entre Vos y yo… ¿Gripe porcina? Dejémonos de joder, Dios… Media pila. Un fin del mundo medio mersa, ¿no?

Porque a mí no me engañás. Yo acá tengo el libreto, viejo. Acá lo dice bien clarito.

“Se aparecen siete ángeles con siete trompetas, tocan las cuatro primeras, cada uno la suya: cae fuego, la mar se altera, las aguas se vuelven amargas y las estrellas pierden su resplandor.”

“…una bestia monstruosa de siete cabezas y diez cuernos con diez diademas, que sale del mar (…) y su cola traía arrastrando la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra (…) y se trabó una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban contra el dragón…”

Bueno, no voy a andar copiando todo el libreto, que vos te lo debés saber bien: que la prostituta de Babilonia, que el 666, que los cuatro jinetes, que las trompetas y los cuernos, y las cañitas voladoras y las estrellitas y los rompeportones…

Yo entiendo que con la crisis mundial la cosa no está como para andar poniéndose en semejantes gastos, y Te habrás quedado sin presupuesto para producción, pero… no sé… ALGO… Unos efectos especiales, unas luces, unos cuetes…

Si nos vas a borrar del mapa, por lo menos cumplí con tu palabra. La palabra es la palabra. Y Tu Palabra, nada menos. El Verbo mismo, vamos.

Si vamos a crepar todos, que sea con un poco de estilo, macho, porque… repito… ¿fiebre porcina? No suena muy elegante. ¿Tan bajo hemos caído?

Yo te digo una cosa. No es una amenaza. Es una advertencia. Vos llegás a hacer esta pijoteada del fin del mundo “unplugged” y más te vale que no te resucite de entre los muertos un abogado justo, porque te mete un juicio por incumplimiento de contrato, que no te salva ni… ni Vos.

Yo te aviso, nomás. Todavía estás a tiempo de recapacitar. O parás ya mismo la pelotudez ésta de la fiebre de los chanchos y acá no ha pasado nada, o si la hacemos, la hacemos bien. Pero me traés toda la orquesta y todas las luces y todos los cambios de vestuario como corresponde a un verdadero show internacional como Dios manda. Y no me pijoteás ni un petardo, ¿estamos?

Y si podés… Si podés, tampoco quiero abusar… Pero si podés, posponeme la cosa un ratito más. Por el tema ése del viajecito a Londres que me salió para el mes que viene, ¿viste? Y no me quiero perder Les Misérables. Después, sí, adelante con los faroles y mandá todo al diablo… Bueno, no sé… Al diablo no… A Vos… Bueno, al que gane el Super Bowl ése… ¿Cómo se llama? ¿Armagedón?

Bueno, no sé, que sea lo que Dios quieras. Pero que sea con clase, por favor.

¿Está claro?

Hasta más ver.

Aleluyamente,

Tu siervo Nº 22.345.543.343.424.456.346.234.543