RESULTADOS: El tráfico de experiencias (I)

Unnnnno, dossss, tresssss, hola, hola… Sssssí, ssssssí… Unnno… Probando…. Bueno, acá estamos, sí, bueno, de acuerdo, nos tomamos una licencia… Anduvimos con cuestiones. Cuestiones lindas y feas, buenas noticias, malas noticias, algunos estreses y cosas así. Pero en fin… Esto no es un servicio público ni me pagan por esto, así que a llorar a la iglesia.

Iba a retomar la cosa escribiendo algo sobre el Canal Gourmet (cuando empezamos este coso, empezamos hablando del Canal Gourmet), pero me puse a releer los mensajes recibidos sobre el último post y me veo, de alguna manera, a escribir sobre el tema. En parte, porque con gran deleite he leído cosas que me han gustado mucho y en parte porque también he notado que mucha gente no ha entendido un pepino de mi planteo.

Lo del Canal Gourmet, entonces, lo escribimos mañana. Vamos a revisar y comentar ahora algunas de las respuestas recibidas con respecto a mi último post. Para eso, voy a poner aquí un cómodo link a ese post para que lo puedan releer (no es tan necesario, al fin y al cabo; está aquí abajito), y por las dudas, para los más vagos, voy a repetir aquí la consigna que oportunamente fue tirada:

Estaría buenísimo que uno pudiera “guardar” o “bacapear” determinados momentos de nuestra vida, para volver a vivirlos en el futuro, bajo distintas circunstancias.

Supongamos que uno tiene un superpoder, una habilidad psíquica, o simplemente un artilugio tecnológico que se conecta a los sesos y nos permite apretar “REC” en un determinado momento. El aparato procede a grabar toda la actividad cerebral, todo lo que nuestros sentidos perciben. Eso queda almacenado en un disquete, ponele. O en un pendrive, que es más moderno. A partir de ese momento, cuando a uno se le cante, uno puede sentarse en un sillón, ponerse el pendrive, poner “PLAY” y volver a vivir, con total exactitud, la experiencia grabada. Nuestro cerebro vuelve a procesar los mismos estímulos, las mismas sensaciones, sin que importe el hecho de que esas sensaciones provienen del pendrive y no de lo que nuestros sentidos están percibiendo en ese momento.

La nota (...) iba incluso un poco más allá e imaginaba una suerte de “tráfico de momentos”, según el cual uno podía intercambiar experiencias con otras personas. “Che, mirá, te cambio una noche con la tetona ésa que salía conmigo y que yo se bien que te calentaba de lo lindo, por algún recuerdito con la rubiecita ésa medio tontaina con la que salías en 1998”. O, por qué no, “tomá esta fiestonga con dos amigas que ya me la reviví mil veces y ya me aburre… te la cambio por la noche ésa que fuiste a ver a Seinfeld al teatro, en New York”. Al reproducir en su propio cerebro la información grabada por otra persona, uno siente exactamente lo mismo que sintió, vio, olió y fundamentalmente tocó la otra persona al momento de grabar la experiencia.

Claramente (o no tan claramente, ahora lo veo) lo que yo quería decir es: supongamos que uno puede “grabar” las sensaciones (no los pensamientos, no las emociones, no la psicología, no las culpas, no las ideas) que un tipo tuvo al momento de vivir una experiencia. Y claramente (o, insisto, no tan claramente, al pasarle ese recuerdo (ese pendrive) a otro, otra persona podía revivir las SENSACIONES (no los pensamientos, no las emociones, no la psicología, no las culpas, no las ideas). ¿Qué me importa lo que Maradona experimentó psicológicamente al momento de meter el segundo gol a los ingleses? Lo que me importa, a los efectos de este experimento, es SENTIR (percibir con los sentidos: oído, tacto, gusto, olfato y vista) la experiencia. Los gritos de “pasamelá” de Valdano, las patadas, la visión de nosecuantosmiltipos aplaudiéndome de pié… La SENSACIÓN (el sentimiento) dejámelo sentir a mí.

En resumen: lo que se “grababa” y lo que se “transfería” eran las percepciones sensoriales. Las emociones, las alegrías, el asco, la bronca, la vergüenza, los sentimientos, corrían por cuenta de uno, al momento de reproducir el recuerdo; al momento de poner PLAY en el pendrive.

Sólo para explicar mejor este concepto, repasemos mis elecciones:

1) Obbbbbbbbbviamente, quiero la grabación cerebral de Richie Sambora durante un recital de Bon Jovi.

Claro está que a mí no me importa saber lo que siente Richie Sambora al momento de tocar por 25.345ª vez Livin’ On A Prayer ante 500 mil japoneses. Quiero SABER las notas que tengo que tocar y quiero EXPERIMENTAR lo que YO vaya a experimentar en ese momento. No es tan complicado.

2) Como la salud no está comprometida (durante la reproducción de una experiencia no te lastimás ni te podés hacer daño ni te morís; a lo sumo sentís dolor) y como no tiene ninguna consecuencia moral, me compraría una grabación de guerra con corridas, tiros y cuetes. Otra que jugar al paintball, ja.

¿Y yo qué sé de las culpas, los ascos o las impresiones del soldado que grabó ese archivo? Quiero experimentarlos yo, qué carajo… A lo mejor, vomito al primer tiro. O, tal vez, sienta que estoy jugando al Counter Strike a una resolución de la hostia….

3) La grabación de lo que siente un astronauta. Todo, desde que sube al Shuttle hasta que aterriza. O un resumen con las mejores partes, claro.

Ídem.

4) El Canal Gourmet se llenaría de plata si editaran todos sus programas en formato iTunes Experience. Daría cualquier cosa por vivir todo el proceso de cocinar esas cosas (y sabiendo cómo hacerlo, porque el que lo cocinó mientras su cerebro era grabado era, ponele, Christophe), sentir esos olores, y después morfarme lo que cociné y sentir ese sabor.

¡Esa es la gracia! ¡La sorpresa! ¡Quiero cocinar un plato como lo cocinaría Christophe (plato del que posiblemente Christophe esté harto), pero quiero sentir la sorpresa de quien prueba un plato cocinado por Christophe! ¡He aquí la gracia!

5) No me parece mala idea la edición de cualquiera de las películas de Rocco Siffredi, editada en su versión “sensorial”.

No, perdón… He AQUÍ la gracia.

Bueno, veamos algunas de las respuestas de los señores comentaristas.

Cassandra Cross dijo:

Me gustaría compartir la experiencia de una madre parturienta, ya que no la voy a experimentar por mí misma. Me da muchísima curiosidad.

Vale. No es lo mío, pero vale.

Interacción con gorilas de Borneo, tiburones, etc. Todo porque creo que estaré demasiado vieja para intentarlo cuando tenga la guita.

Ta muy bien.

Sumergirme hasta las fosas más profundas del lecho del mar y ver las criaturas abisales. Esta experiencia supongo la podría experimentar el conductor de un submarino de altísima presión, aunque creo que todavía no es posible. Bueh, usted dijo a partir de ahora... o no?

Groso. Le recomiendo el documental de la BBC “Planet Earth”, especialmente el capítulo “Deep Waters”.

Salto en paracaídas desde 5.000 metros de altura (por la misma razòn del punto 2).

Adhiero.

Experimentar el momento de la creación de una ficción escrita, o mejor dicho, meterme en la cabeza de un escritor al que admire en el momento en que está creando. Por ejemplo, Banana Yoshimoto.

Invalidado. No vas a “sentir” nada. No hay emociones transferidas aquí. Por más banana que sea el escritor.

Vix dijo:

Como yo no me animaría ni beoda, la grabación de lo que se siente cuando te tiras del puente haciendo bungee jumping. Pero que me permita hacer pausa ni bien sienta la primera nausea.

Completamente de acuerdo. Fue una de mis primeras elecciones.

La grabación de la filmación de alguna serie yanqui de esas donde se mean de risa y que nosotros sólo disfrutamos eventualmente en un compacto de 5 minutos llamado "extras".
No sé si “sentirías” (en el sentido de “sentimientos”) lo mismo.

Estaría bueno experimentar la sensación de componer e interpretar música, el momento ese preciso donde letra y música se fusionan y pingui, les sale una canción. Y después como bonus track de la grabación...la sensación que experimenta el artista al ver que su tema es conocido mundialmente y cantado por cualquiera.

No, trata de sensaciones. No de sentimientos. Perdón.

JAVIER dijo:

1)un pendrive de un tipo ultimillonario para saber si realmente el dinero compra la felicidad.

Son sentimientos. No sensaciones. No podés tener los sentimientos de un tipo que tiene guita; podés sentir lo que siente un tipo que toca el volante de cuero de una Ferrari (porque eso lo perciben los sentidos, no los sentimientos). No vale.

2)uno de mi pareja para saber que siente al hacer el amor conmigo(me enloquece solo pensarlo ,juaz!)

Rebuscado, pero –supongo- válido.

3)el de un bailarín de madonna para saber que es estar ahí con ella.

Vas a sentir lo mismo que cualquier persona que esté a un metro de Madonna. Pero vale.

4)el de alguien con mucho poder para ver que cosas hace por poder y para mantenerlo (tipo m...m).

Ídem tu idea número uno.

5) el de una mina que salió con un tipo que a mí me vuela la cabeza para ver qué tal se siente y si es bueno en la "intimidad" jajaja solo para ver si realmente vale la pena el tipo.

Válido. Querés “sentir” lo que es ser garchado por ese tipo. Es válido usar el “pendrive” de una mina que haya sentido lo mismo. Muy bien.

Anónimo dijo:

Muero por entender la mentalidad científica, por ejemplo, la de algún genetista.

No podés entender mentalidades. Percibís sensaciones. Punto.

Me gustaría entender los sentimientos de un hombre que diga amarme.

Basta.

OK, me aburrí. Vamos a los buenos. O a los que comprendieron.

Esteban dijo:

Me gustaría vivir la experiencia de una megaestrella de rock saliendo a la arena de Wembley, ponele...pero nada de Chris Martin-ses ... te digo alguien tipo un David Gilmour con la stratocaster preparada para el solo de confortably numb... me encantaría vivir esa experiencia de disparar montañas de decibeles a un público en éxtasis.

Tabién.

LuLú dijo...

Como vale todo y es solo sensorial por lo cual no me voy a morir como una boluda en el intento, me gustaría ver que se siente consumiendo todo tipo de drogas.

Vale.

Quiero la sensación de manejar uno de los terribles autos de “Rápido y Furioso” a 800 mil Km/hs. (ya sé que es futurista el juego pero si ya filmaron 4 seguro que van a seguir robando con alguna más).

Vale.

Quiero tener grabado el momento en que me digan que aprobé la última materia de la carrera y me recibí, apuesto a que debe ser impagable eso.

Sentimieeeeentoooos.... Buh.

Bueno, me tengo que ir a hacer unas cosas. Mañana tal vez la seguimos. O no.

Vemos.