viernes, 25 de enero de 2008

El hobby más corto de mi vida (y otros temas)



El viernes pasado tuve el hobby más corto de mi vida.

Creo recordar que ya hablé alguna vez de este tema de mis hobbies efímeros… No sé si fue en este blog, en mi libro, o en el consultorio de mi psicoanalista. No estoy seguro. Vamos a explicarlo muy brevemente: desde chiquito que ando a la búsqueda del hobby perfecto. Y con la palabra “hobby” me estoy refiriendo precisamente a eso; a un hobby. No a una afición, ni a un gusto por determinadas cosas, ni siquiera a una vocación.

Me río cuando los chicos dicen: “mis hobbies son leer libros y mirar High School Musical”. La lectura no es un hobby; es otra cosa. Dibujar no es un hobby. Ni siquiera el tener lo que podría llamarse una “colección” es incursionar en el hobbismo. Yo tengo, quizás, la mayor colección de distintas grabaciones de la Novena Sinfonía de L. van Beethoven de –por lo menos- América del Sur, pero eso no es un hobby. No tengo los discos ahí expuestos para mandarme la parte ante las visitas. No llevo un catálogo de las distintas grabaciones. Las tengo porque me gusta escucharlas, y punto.

Un hobby es otra cosa distinta. Vamos a definirlo ahora: un hobby es una actividad a la que uno le dedica una considerable cantidad de tiempo y/o recursos… y que no sirve ABSOLUTAMENTE PARA NADA. Escuchar 212 versiones distintas de la Novena Sinfonía sirve para algo: uno es mejor después de escucharlas. Uno adquiere un conocimiento musical importante. Coleccionar dinero sirve para algo: se llama hacerse rico.
Pero coleccionar billetes fuera de circulación de países que ya dejaron de existir, no. No sirve para un carajo. Eso es un hobby.

Reproducir el Taj Mahal a escala, con palitos de helado Torpedo no sirve para una bosta. He ahí otro ejemplo de hobby.

Bueno, la cosa es que por alguna razón que todavía no termino de entender, cada tanto me agarra una sensación como de que algo me falta… A veces paseo por el Parque Rivadavia, los domingos a la mañana, cuando se juntan los que coleccionan monedas, chapitas de gaseosas, muñequitos de chocolatín Jack, estampillas, figuritas de futbolistas fallecidos… y un poco los envidio. Tienen cara de contentos. De boludos contentos, pero de contentos al fin, que no es poco para un domingo a la mañana en el que yo tengo que ponerme dos pares de anteojos oscuros, uno arriba del otro mientras mastico aspirinas.

Cada tanto –no sé; ponele cada tres años- me agarra una cosa así como: “uia… mirá esto qué interesante… “, y ahí cagué. Es como un rayo que me alcanza en medio de los ojos y me enceguece. En mi mente se graba a fuego: “¡Esto es lo mío!”, y ahí es cuando me gasto un platal en la pelotudez que sea, porque a mí me gusta empezar los hobbies con todo lo necesario. Nada de “bua, esperá… vamos de a poco… Juntá medallas de la Unión Soviética de a poco… conseguí una… mirala… leé sobre eso… Después andá y conseguí otra…”. Nnnnno. Yo voy a lo bestia. Me compro medallas como para disfrazarme del Mariscal Zhukov. Dos meses después, las medallas están en un cajón.

Bueno… El viernes estaba haciendo tiempo para entrar al médico y me puse a mirar la vidriera de una juguetería especializada en modelismo. “Permiiiiiso… ¿Se puede mirar?”, pregunté tímidamente. “Sí, sí… Pase, pase…”.

Y empecé a mirar aviones para armar. De ésos que tienen la misma cantidad de piezas que sus versiones reales, sólo que 72 veces más chiquitas y, por lo tanto, 72 veces más jodidos de armar.

Y ahí apareció el relámpago… Y cayó el rayo… ¡Esto es lo mío!

Cinco minutos más tarde salía de la juguetería con un Space Shuttle & NASA Transport (un 747 con el Shuttle arribita), un RF-4E Phantom “Tigermeet” 1:72 de Revell, pegamento, 5 pinceles Revell de distintos grosores, pinturitas Humbrol Enamel de colores blanco, celestito, gris, negro brillante, negro mate, plateadito, y más pegamento. La suma erogada me la voy a reservar porque a mí me enseñaron que hablar de plata es de mala educación, y además porque mi mamá me lee el coso y después me reprocha mis particulares ideas sobre la administración de mis recursos financieros.



Un par de horas después de haber llegado a mi casa, ya había arremetido contra el 747. Había logrado armar lo básico: fuselaje, ala derecha, ala izquierda, cola, alerón de cola derecho, alerón de cola izquierdo. Parecía, a lo lejos, un 747. Ahí me di cuenta de que me había olvidado de poner el parabrisas, y no era cosa que mis minúsculos pilotos pasaran frío, pero el vidrio lo tendría que haber puesto desde adentro, antes de pegar las dos mitades del fuselaje. Tarde. Así que lo metí desde afuera, a presión. Se rompió. No importa. Sigamos.

Decidí pintarlo. Bueno… ¿Vieron esos modelos de avión que están pintaditos perfectamente bien, con una capita delgada, sin una veta, sin un grumito? Bueno… Este no quedo exactamente así. Empecé a echarle mano de pintura sobre mano de pintura, tratando de disolver los grumos… En fin… Digamos que quedó como un avión de mazapán. Como una de esas tortas con forma. Esta era una especie de torta con forma de avión. Hasta parecía comestible, lo cual no era ni de lejos el objetivo. Yo quería que pareciera un avión.

A la mierda el 747. Ya lo había arruinado.

Decidí –sí, esa misma noche, pese a que ya estaba cruzadito- abrir la otra caja. El F-4.

Agarré una pedacito de plástico. Una molécula de plástico. Pensé: “bueno, debe ser una basurit…” No. Era una pestaña del párpado izquierdo del copiloto. Y yo tenía que pegar esa pestaña (y otras 50) para formar un párpado, para formar un ojo, para formar una cara, para formar un piloto… que seguía siendo una parte ínfima en el modelo terminado.

Agarré las planchas con todas las piezas del RF-4E Phantom “Tigermeet” 1:72 aún sin desprender y cerré mi mano con todas mis fuerzas. Sólo después de haber oído muchos crujidos, estiré el brazo y tiré toda esa mierda plástica contra una pared.
Otro hobby fallido.

Me serví un whisky single malt y me puse a mirar un capítulo de Californication repetido.

Y me sentí muy, muy relajado.


MENSAJES RECIBIDOS

Hoy no hay tiempo para los mensajes del comentador automático. Vamos a ver si lo podemos hacer mañana.

VAMOS A LA PLAYA, OH, OH, OH, OH, OH

En dos horas salgo para la playa por el fin de semana. Me llevo la computadora, pero no sé si en el páramo ése tengo uaifai. Creo que sí.

FOTO

Sólo para desviar un poco la atención de la vergonzante foto que ilustra la tapa de mi libro y que tanto está siendo comentada por ahí, y para despegarme un poco de la imagen de aficionado a los gladiolos, estoy subiendo una foto actualizada al profile, o a la columna derecha, no sé… Donde me sea más fácil. Estoy seguro de que me voy a arrepentir dentro de cinco minutos, pero bueno…

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasé el post como alambre caído, sí, lo admito... qué hobby ni que nada... si usted es el de la foto (Porque puede ser un engaña pichanga como me pasa siempre que encuentro algo atractivo) lo parto, lo pego con La Gotita, lo vuelvo a partir y que sea lo que Dios quiera.

Y si usted está mintiendo y no es el de la foto no importa, le doy lo mismo ¡Qué tanto!. Aunque usted no tuviera un diente sano, lo admito.

Unknown dijo...

Mirá donde vengo a caer. Así, como de repente.
En el blog de Lacanna.

Andaré mas seguido por estos lares, su libro me dejó una buena impresión (aunque muy mala encuadernación)

Con el tiempo se verá si es cierto lo que dicen los rumores de Ud.

Saludos

Kike dijo...

Ehhh... ¿me está cargando, como dicen en su país, con aquello de la fotito? ¿Es usted? Es que... si le digo que en esa foto que acaba de poner se parece un poco a Bon Jovi, ¿me va a botar del coso con zapatos y todo?

Por cierto, ya nos dio indicios para ver que eso de contestar los mensajes los viernes era también una especie de hobby, je, je...

Finalmente, ¿cuáles son los rumores sobre usted de los que habla Nomemohes? ¿Algo de lo que deberíamos enterarnos?

Fender dijo...

Voy a disentir con el comentarista precomentante: se parece a Richie Sambora, caminando un domingo por la mañana por Parque Rivadavia con dos juegos de lentes para el sol y una severa resaca de no digo "sábado a la noche", sino de toda una vida de juerga.

Yo lo entiendo; no tengo hobby alguno y siempre me pasó lo mismo: hay que encontrarle la seriedad, ser un meticuloso perfeccionista, y tener una fuente considerable de fondos. Nada de eso abunda en mi persona. Mi niño interior está sobrealimentado con Miyazaki, animé y cosas similares, tengo una cómoda sensación de "más o menos" para todo, y mis fondos son cualquier cosa menos abundantes.

Anónimo dijo...

Mire Lacanna, cuando era joven y bello se parecía a éste:
http://i2.photobucket.com/albums/y4/mzluan/crissangel2.jpg

Richie Sambora, creo que me hice pis de la risa ¡Hasta el mismo cortecito de lope!
Yo no sé si es un hobby lo mío pero dedico mucho tiempo a pintar, pintar cuadros, no tengo el más mínimo talento. Soy un asco, pero que le doy duro nadie puede negarlo.

María dijo...

Tengo lo mismo con los hobbys, pero la diferencia es que no gasto mucho en ellos, y no es de amarreta, sino porque creo que hay cosas mejores en que gastarla. Ir al cine, por ejemplo ( en el pueblo no hay cine, pero es una expresion de deseo)
De lo único que me enamoré, y nunca dejé de hacer, es de pintar en batik papel o tela. y transformar eso en algo útil ( un cuaderno, por ejemplo. Y después usarlo o regalarlo)
Pero porque me gusta el olor de las ceras, o los colores que uso, o la maravilla de no saber nunca nunca qué catzo va a salir
Con respecto a parecido, lamento comunicarles a mis compañeros salieris que no tengo la más pálida idea de quién es Richie Sambora ( ya lo googleo), pero debe ser alguien alejado del ambiente que suelo frecuentar.
Pero con respecto a su foto, estoy casi de acuerdo con Zorra (usté está partible como un queso) pero no recurriría a esa violencia, a esa impetuosidad juvenil. Sino a un abuso más maduro de su persona.
Agradezca que vivo lejos....

María dijo...

Update comment:¡pordios! Si el señor Richie Sambora es quien google dice que es, ya les mando a Zorra y Fender un oculista a domicilio!
Lo que puedo ver en mi pantalla me muestra una especie de travesti a medio hacer, con labios gordos y nariz de chimango.
Marcelo, usté es mucho mas lindo

tequesta dijo...

tengo un f-14 tomcat, un fw 109 (o algo así) y un DC-10 que sufieron, en menor o mayor medida, la misma suerte que tus avioncitos

y me sucede lo mismo ... veo a gente que tiene un hobby (tengo varios amigos aeromodelistas, por ejemplo) y les veo dedicar esas horas y los veo sumidos en un extasis que me da envidia ... pienso un rato que ellos sienten un sabor en la vida que me está negado

pero después me tomo un par de fernets, y me olvido de esa diferencia y chau problema de envidia

será que estamos condenados a andar huérfanos de hobbys por la vida?

también lo podemos ver de otra manera ... tenemos inteligencias mas elevadas que no requieren un hobby que las adormezca

etc etc etc

sds

tequesta

Anónimo dijo...

Romper los huevos es un hobby?

Jeje

Anónimo dijo...

Me cagaste! Entonces dibujar no es un hobby? o sea, es útil? Qué bueno!!!

Al margen, esto se lo digo con respeto...
Hijo de puta! Sí sos el de la foto, te trataron bien los años! Ma sí, me voy a hacer abdominales, no puede ser, estoy viejo!

Ah, y compré el libro para uno de mis generales de la XIII legión.

Anónimo dijo...

así que te agarra cada tres años...

mirá vos...

En fin. Licencias que se toma el autor...

Anónimo dijo...

Buen día Lacanna.

Uff, los avioncitos. Pensé que nunca más oiría hablar de ellos. Pero si se me permite, esta es mi historia.

Cuando niño, siempre (pero siempre) recibía uno por cortesía de mi tío, digamos cada 15 días. Claro, el tipo era ingeniero y para él eso era un pasatiempo. Pero para mí era como tener que ir al dentista.

De hecho, nunca pude entender cómo carajos alguien puede pasar el tiempo y distenderse con algo que involucra pinceles de una sola cerda, escarbadientes, alfileres para aplicar un pegamento más chiquito que la Noc10 y una pinza de depilar como potencial tenaza.

Horrendo.

Me agarraba cada calentura. Una vez armé uno. Me costó un huevo y casi pierdo el otro en la misión. Primos, abuelos, plomeros y hasta mi poco hábil padre colaboraron en el proyecto. Finalmente, junto a los 24 pares de manos que pasaron por la mesa logramos algo más o menos con sentido. Era un avión de una guerra que había terminado muchísimo antes que yo naciera. Igual me sentí realizado. Lo miré, lo miré un poco más. Acampé en el piso para ver si la mierda esa podía interactuar con otros juguetes. Fui al baño. Y cuando volví justo antes de sentarme y sin intención alguna, lo hice añicos con mi pie izquierdo (sí, como la película).

Hasta hoy había mantenido este episodio totalmente en secreto.
Perdón tío.

Ahora tengo hobbies más boludos y gratificantes como buscar calaveras en internet o ver videos como este:

http://youtube.com/watch?v=B60KKOPO2yY

Es medio turro, pero es morrrtal.

tequesta dijo...

ayer en pleno ejercicio de zapping aparece una imagen que decía: "perfil del coleccionista"
edad 42
nombre fulano
profesión fotógrafo
cantidad de artículos: 20000 (SI, 20 mil)

no pude evitar deternerme a ver que carajo coleccionaba el personaje este

sobres de papel que contenían saquitos de te, eso coleccionaba el pescao ese

a quién carajo se le ocurre coleccionar eso? eh? EH?

ah, el canal era utilisima