viernes, 15 de agosto de 2008

DENUNCIA POLICIAL

Buenas tardes, agente… ¿Para hacer una denuncia, por favor? Ah… ¿Me la puede tomar usted? Bueno, muy bien... Vea... Vengo a denunciar un homicidio. Sí. ¿Cómo dice? Ah, sí, sí… El mío, el mío…

No, no lo estoy cargando, oficial. Me van a matar. A mí, sí. En una hora, nomás. Cuarenta y cinco minutos, póngale. Así que se me ocurrió ir haciendo la denuncia como para ganar algo de tiempo, ¿vio? Además, después usted me da una copia de esto que está usted escribiendo a máquina y yo lo publico en mi blog y de paso cañazo tengo un último post (un post póstumo, vendría a ser, pero es horriblemente cacofónico… O un post post mortem, pero ya sería una pelotudez…)

Porque yo tengo un blog, ¿sabe? ¿Quiere verlo? Tal vez si usted leyera los últimos posts nos ahorraríamos un montón de tiempo… ¿Tienen conexión a Internet en esta comisaría? Yo le muestro mi blog y… ¿Cómo dice? Ah, sí, sí… Bueno, está bien… No importa… La cuestión es que yo tengo un blog. De hecho, así empezó todo esto y por eso me van a matar ahora, en un ratito, nomás. Ya le explico, ya le explico…

Sí, sí… Se la hago corta. Resulta que hace cosa de un mes yo me engayolé con una minusa… Disculpe, digo que me vi sucumbir ante la certera flecha de Cupid… Está bien, está bien… Que me fui a vivir con una mina. Así, de una. Bueno, no, de a dos. Nos fuimos a vivir los dos. Bah, tampoco. La verdad es que yo me fui a vivir a lo de ella. Así, medio de zopetón… La primera noche me quedé a dormir y como quien no quiere la cosa se me hizo un mes.

Sí, sí, ya sé. No me ponga esa cara. Ya sé que fue todo demasiado rápido, ya sé que hay que ir más despacio, ya sé que hay que tomarse cierto tiempo, cosa de conocerse… Ya me lo dijeron… Pero usted no sabe lo que es esa mina… ¿Quiere ver fotos? Le puedo mostrar unas fotos que se va a caer de culo. ¿Tienen conexión a Internet en esta comisaría? ¡¡¡Ajá!!! ¡Así que ahora sí tienen conexión a Internet! ¡Para ver mi blog no, pero para ver fotos de mi chica sí! ¡Ahora no le muestro nada!

¿En qué estábamos? Ah, sí. Le decía que desde la primera noche nomás me quedé a vivir con ella. Sí, sí… Puede poner “concubinato”, si quiere, pero es una palabra horrible. Sí, sí, está bien… Sigo, sigo…

La chica está que es una barbaridad. ¿Vio el libro Historia de la belleza, de Umberto Eco? Bueno, ella no aparece por una cuestión de derechos, pero se merecería un capítulo entero, mire. Y es un encanto. Y tiene sentido del humor. Le tira un chiste de Mafalda o uno de los Simpsons o uno de Seinfeld, que lo deja a usted pagando. Y hace voces. Me mata cuando me hace voces… Está bien, está bien… Voy al grano, voy al grano.

El problema es que esta chica tiene sus cositas. Naderías. Bobaditas. Un trastornito obsesivito compulsivito. Nada grave. Tiene cositas como que si no da vuelta la hojita de un calendario de mierda que tiene ahí, se queda como turula. O que si usted va y le aprieta el pomo de dentífrico por el medio no va a usted a necesitar dentífrico nunca más en su vida, porque no le deja un diente en su lugar. Es un desorden menor. Nada serio. Con el lomo que tiene se le perdonaría una esquizofrenia aguda, un autismo severo o un trastorno bipolar del tipo F31.2 según la clasificación de enfermedades mentales en la décima revisión del CIE. Sí, sí… Estuve informándome un poco sobre el tema…

Pero la gente que tiene cositas como eso del almanaquito o lo del pomito suele tener también un temita con la limpieza, ¿vio? Bueno, esta chica también. Como que te detecta una pelusa a 50 metros, o te nota una huella digital en un vidrio con los ojos vendados. Nada que joda, nada que joda… Por suerte yo soy un tipo bastante limpito… Bueno, sí… Está bien… Alguna vez apoyé un vaso en la madera de la mesa ratona y la noté como molesta… Sí, sí, es esta cicatriz que tengo acá. Me dijeron que con estética ni se me va a notar, pero tengo que esperar a que baje la hinchazón…

OK, OK… Se la hago corta…

Hoy a la mañana goteaba el bidé. Sí, el bidé. Goteaba. Se habrá cagado el cuerito, una pelotudez. Y va mi novia y lo nota. Y antes de irse a trabajar (yo trabajo en casa; ella tiene un trabajo en serio) agarra y me dice: “Decile al encargado que venga y arregle el bidé”. Y se fue a trabajar. Y a mí me agarró una cosa, ¿vio? Ese instinto masculino, de macho… Yo no soy de andar llamando plomeros. Primero trato de arreglarlo yo. Cuando ya la cosa se pone peluda y dejé sin agua al barrio entero, recién ahí tal vez lo llamo… Pero por un cuerito, no. Ni a un médico soy de llamar. Yo recién llamo a un médico cuando la cosa requiere cirugía mayor. Así que me agarró esa cosa pelotuda de “vos dejame a mí”.

Y me fui a comprar cueritos. Ahí empezó el problema, porque la chica esta vive en la calle más finoli de éste, uno de los barrios más finolis de Buenos Aires. No hay muuuuuchas ferreterías en este barrio. En mi barrio hay una ferretería cada dos cuadras, pero acá no. Hay mucho Prada, mucho Valenti, mucho Al Queso Queso, mucho Volta, mucho Pérssico. Pero ferreterías, pocas. Pero encontré una. Y compré unos cueritos.

Volví a la casa y ahí me di cuenta de un nuevo problema. Esta chica hasta hace un mes vivía sola. Y en la casa de una chica que vive sola en un barrio finoli no encontrás una herramienta ni que te cagués. Y yo tenía que desarmar una canilla; no una huevada que resolvés con un tramontina. Así que salí a comprar una pico de loro. Mi intención inicial era comprar una de esas herramientas de mierda que venden en los todospordospesos, que son medio descartables. Esas que las usas una vez y las tenés que tirar, pero cuestan exactamente dos pesos. Pero en este barrio no hay todopordospesos, no… Lo más parecido es un Okko, y te rompen el culo mal. Así que volví a la ferretería y volví con una pico de loro importada de Alemania, de cromo molibdeno-vanadio, que tuve que pagar con tarjeta de crédito en tres cuotas.

Ya me estaba saliendo caro, el chiste, así que ya me había cambiado el humor. Imagínese cuando me di cuenta de que para sacar la capuchita de la canilla necesitaba un destornillador, que por supuesto tampoco tenía a mano. Eso sí lo traté de resolver con un tramontina, y es por eso que tengo esta curita acá, porque me corté fulero. Es que ya andaba cruzado. Y encima manché una toalla con sangre.

Y ya estaba que no veía de la bronca, y mientras puteaba a todo el santoral, encajo la pico de loro y giro con toda mis fuerzas para desatornillar la canilla.

Y me había olvidado de cortar el agua.

Se me pasó. Le juro que se me pasó. No sé. Los nervios, el hecho de que era una casa desconocida y que seguramente no iba a encontrar la llave de paso, no sé. Pero me olvidé de cortar el agua.

Me mojé hasta el ojete, vea. Por eso estoy chorreando, ¿ve? Todo. El pulóver, la remera, los anteojos, el jean, las medias… Pero eso no es nada. Usted no sabe cómo dejé el baño. Porque salió el agua como chicotazo, mire… Pegaba contra el techo y caía en una lluvia torrencial… Encima la loca ésta tiene un baño como de revista Living, ¿vio? Que el toallón, que la toalla, que la toallita… Hasta los cubreinodoro y cubrebidé esos de tela con voladitos, que no sirven para un carajo salvo para empaparse… Y no tiene un botiquín, no… Tiene como una mesada de mármol… Como un mostrador… Todo lleno de perfumes y esos cosméticos suizos que dicen “la prairie” y que cuestan más que drogas oncológicas… Todo por el piso. Y mojado. Todo mojado.

No sé cómo hice, pero ajusté la canilla de vuelta y logré detener el chorro. Pero ya a esa altura daba lo mismo. Daba lo mismo… Eso no se secaba con un trapo de piso, señor. No. Necesito, mínimo, una bomba de achique.

Miré el reloj y quedaban 45 minutos para que ella volviera del trabajo. Así que pensé: ¿para qué perder tiempo al pedo? Así que me vine para acá, para denunciar mi propio homicidio. Ya debe haber llegado a casa. Y me debe andar buscando por el barrio.

¡MIRE! ¡AHÍ VIENE! ¡ES ESA! ¡SÍ, SI! ¡LA DE LA PICO DE LORO EN LA MANO! ¡SÍ, SI! ¡HAGA ALGO! ¡ARRÉSTELA! ¡MIRE LA CARA QUE TIENE! ¡NO CORRA, COBARDE HIJO DE PUTA! ¡USTED ES POLICÍA! ¡HAGA ALGO! ¡MIRE QUE ME VA A MATAR EN SERIO! ¡ME VA A MAT

33 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahhh, sos un pelafustán importante.

Y encima en el período de prueba.

Qué hiciste después? Compraste velas y sushi.

A qué si!

Abrazo.

Anónimo dijo...

Eso te pasa por cajetón, Marcelo.

No se puede dibujar lo que hiciste.

Anita... castralo.

María dijo...

Sos un hijo de puta. Y te lo digo con el cariño que te tengo. Pero no porque hiciste el gran quilombo ese, sino porque, al escribirlo de esa manera, me hiciste reir tanto ( y supongo que Ana se reirá igual) que después de una risa así, cualquier cosa es perdonable.
Mis felicitaciones, Marcelo. Has ejercido con convicción el oficio de "payaso perdonable".
Ana querida, brindo por tu buen humor.Que se le va a hacer! estos hombres de hoy en día no te saben arreglar un cuerito de la canilla, pero si te hacen reir...

María dijo...

Ah, me olvidaba. En el caso que el homicidio se haya cometido en serio,no hay que hacerse taaanto drama. Todavía queda un Lacanna por ahí( Claudio, ya ponete a escribir algo copado) y a vos Ana el color negro te queda divino

tequesta dijo...

claro ... ahora tengo que explicar porqué me estoy cagando de risa hasta las lagrimas como un boludo en el laburo

Anónimo dijo...

Me acabo de terminar de cagr de la risa como los mejores, no sabés, pedazo de guacho (dicho con cariño)
Y encima se lo leí a un amigo, y ya empezó a reír con lo de "me quedé un mes".

Al margen...en que nosocomio estás??

Naty dijo...

La otra vez, cosa de semana y media, se rompió cuerito de la canilla del baño chiquito de mi casa.

Mi portero es gay, yo mujer. Padres inservibles.

Estábamos las dos locas gritando adentro del bañito por las gotitas que no paran de salir. Madre puteando por lo inservible de portero/hija/marido/perro/gato/inquilino. Padre puteando por lo tardero del plomero y la facilidad que tiene para no responder los 3.548 llamados realizados por sacadísimo padre.

Solución: pusimos trapo de piso en el susodicho piso del bañito chiquito, Prozac a madre y le cortamos el teléfono a padre...

Sencillo, no??

Naty dijo...

Che... y la gatita dónde quedó?

caro dijo...

Ay ay ay, como me cagué de risa, y supuestamente soy una abogada seria, acá me están mirando como a una loca (y lo tenía bastante escondidito). Y sí María, tenés razón, a un tipo que te hace reir o llorar a su antojo, le perdonás taaaaaaaaaaantas cosas... si lo sabré...

Anónimo dijo...

Ay Marce...
Leo estas líneas y me dan escalofríos.
Si bien estoy acostumbrado a encontrar 4 ó 5 versiones de Marcelos por año (recordar el Marcelo cantautor tipo Sabina, el Marcelo jugador de Poker, el Marcelo Director de Orquesta, el Marcelo aeromodelista, el Marcelo Rugbier y otros más que no vienen al caso mencionar) éste me da un poco de escalofrío. Porque por el aeromodelismo no vas a perder más que un par de cientos de pesos al seguir intentando armar avioncitos de madera balsa. El rugbier no trae mayores consecuencias que darse cuenta a los pocos entranamientos que eras de madera balsa, pero el Marcelo Concubino supongo que es más peligroso para vos. Física y mentalmente.
Al principio te di algunos consejos. Y aclaro que no los dí desde una perspectiva de tipo-que-se-las-sabe-todas sino desde la visión de un tipo-que-las-está-padeciendo-todas. Así y todo desestimaste mi consejo resumido de "pija y disgusto".
No podés ser tan mamón de aceptar todo. En algunas cosas te tenés que plantar y oponerte por default.
Hay cosas en las cuales un hombre debe oponerse antes de que ella termine de hacer su pedido. "NO! y porque NO! y punto. Mierda. Carajo".
Las mujeres, y asumo el aluvión de críticas que se me van a venir al humo, necesitan de alguien que no sea condescendiente. Alguien que no sea taaaan bueno. Alguien a quien tengan que temer. A un hijo de puta al lado.
Es así de simple. Ellas necesitan sufrir por la pareja. Sólo así uno está resguardado de que no lo van a abandonar y dejar tirado por ahí. Dónde se ha visto que a alguien lo hayan dejado por mujeriego? Nada de eso. Sufren por la mujerieguez de un hombre, pero no lo dejan. Pero por ser un mamón que acepte apretar el pomo de dientes de determinada manera es motivo para botarlo. "Pooooobre, es re bueno. Hacía todo lo que yo le pedía, pero en este momento estoy necesitando otra cosa".
Qué necesitan? Pija y Disgusto.
Por lo tanto, si el cuerito pierde... dejalo ahí. Que pierda nomás. Un pomo mal apretado es signo de virilidad. Demuestra que hay un macho en la casa. Que la tabla quede mojada, mierda. (quizá esa no quede mojada por los voladitos. En ese caso, que queden amarillentos). Y andate... andate sin dar excusas. "que dónde me fui? por ahí... y cuidadito con seguir preguntando... chito la boca!". Creo que así prosperaría la relación, sería duradera en el tiempo, vos te asegurás que no te limpien por mamón y no habría ninguna denuncia por pre-asesinato.

Reitero que este consejo no lo hago desde la sabiduría, sino por observar mucho. Por tal motivo, transcribo un diálogo de una graaaaaan película de cabecera que prueba esta teoría:

- A mi marido sí que le gustaba el vino. Cuando tomaba, se ponía de maaaaaalo! Me levantaba la mano. Las veces que me ha pegado, desgraciado! Qué carácter que tenía! Era el vino... el vino lo ponía malo. Pero él era bueno. En el fondo, ni yo ni mis hijos tenemos de qué quejarnos. Nunca nos hizo faltar de nada. Que a veces no teníamos para comer, es cierto. Pero a mi me tenía como una reina. Y a mis hijos, como príncipes. Eso no lo puede discutir nadie. Ayyy.. hombres así ya no quedan.

Javier Arias dijo...

Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Deme unas horas para escribir algo inteligente, por ahora solo me voy a permitir leerlo por segunda vez para cagarme de risa de nuevo.

LuLú dijo...

Me vana echar del laburo, nadie va a creer que la contabilidad me haga reír tanto.

Sin irse a los extremos, por supuesto, escuche un poco más a su hermano Lacanna, actitud señor! Y sino sabe, no meta mano que se las van a terminar cortando, si es que tiene suerte y no le cortan otra cosa...

Anónimo dijo...

Por lo que veo nadie nos deja cagarnos de risa tranquilos...


A mi el profesor me esta mirando raro, pero me chupa un huevo, Marcelo se mandó un posteazo!!!

tequesta dijo...

es la 5ta vez que lo leo

empiezo sonriendome

cuando llego a "Así que volví a la ferretería y volví con una pico de loro importada de Alemania, de cromo molibdeno-vanadio, que tuve que pagar con tarjeta de crédito en tres cuotas." se me empieza a complicar mantener la compostura y empiezan a aflorar los primeros indicios de lagrimas

y después ya empiezo reirme y lagrimear abiertamente mientras leo el parrafo anterior, pero veo con la parte de abajo del ojo que viene "Me mojé hasta el ojete, vea. Por eso estoy chorreando, ¿ve? Todo. El pulóver, la remera, los anteojos, el jean, las medias… Pero eso no es nada. Usted no sabe cómo dejé el baño. Porque salió el agua como chicotazo, mire… Pegaba contra el techo y caía en una lluvia torrencial… Encima la loca ésta tiene un baño como de revista Living, ¿vio? Que el toallón, que la toalla, que la toallita… Hasta los cubreinodoro y cubrebidé esos de tela con voladitos, que no sirven para un carajo salvo para empaparse… Y no tiene un botiquín, no… Tiene como una mesada de mármol… Como un mostrador… Todo lleno de perfumes y esos cosméticos suizos que dicen “la prairie” y que cuestan más que drogas oncológicas… Todo por el piso. Y mojado. Todo mojado."

hacía mucho que no me reia tanto

gracias marcelo

(y sigo llorando, porque pegué el parrafo acá y no pude evitar leerlo de nuevo)

tequesta dijo...

creo que el ápice es la frase "Me mojé hasta el ojete, vea."

Anónimo dijo...

Hermano de Lacanna, yo lo saludo.
Dejo un Vodka pago a su nombre en el bar que me indique.

María dijo...

Teques, me pasa lo mismo. En las oficinas teatrales en las que habito gran parte de mi día, no entienden un catzo mi estado reidor ( ayer amenazaron con echarme, y hoy me río como una enferma)
Gracias Ana! gracias por existir! gracias por ser como sos! (repito cual loro Inodoresco)
Lacanna siempre fue un capo, pero para ser un genio total de la blogósfera y alrededores, sólo necesitaba..¡Una novia! ¡ Y que novia!
Claudito, chiquitín...bajá el cupete

Naty dijo...

En la casa de Lacanna jr. claramente los pantalones los porta ella...

Tanta "pija y disgusto", suena más bien a "ella propone, dispone, vagina, vagina y la pijita jr., dice que si, ama".

Psss.

tequesta dijo...

que duro lo tuyo naty




pero



cuanta verdad!!!

Pancho Gomes Tible, Rodolfo Persico y el Ingeniero Vergatiesa dijo...

Ahora, desde que leí el post yo también estoy todo mojado, y no es identificación con el autor, tampoco es imitación absurda, no señor.

Ud. debería ser mas considerado al escribir.
Algunos lectores no tenemos una próstata lo que se dice continente continente.

Pija y disgusto!!, lo saludo Jr. y me sumo con un vodka al de Juann.

Anónimo dijo...

Yo soy partidario de reconocer que las mujeres mandan en la casa de Lacanna y en todas las casas

Me voy porque si no mi chica me pega

Chau

Naty dijo...

Es una ternurita andando el pendex...

¡¡¡APRENDAN, ZOPENCOS!!!

Sergio dijo...

MAESTRO. Si, asi, en mayusculas, su post es espectcular. Lo del cuerito es una anecdot para que le cuente a sus nietos. Debe ser altamente valorado su intento (vano en principio) de resolver las cuestiones en casa sin dar parte a terceros a menos que sea estrictamente necesaio. Cualquier problema yo le doy una mno y le cambio el cuerito (sono feo).
Guillex, debo reconocer que en mi casa mando yo (cuando Ella no esta).

Anónimo dijo...

algunas chicas no me interpretaron el post. Y eso que aclaré que mis consejos nacían desde mi sufrimiento, y no desde la sabiduría.

Totalmente. Me tienen zumbando.

Sólo que Lacanna mayor todavía está a tiempo de aplicar límites.

Yo ya estoy al horno.

Espero que la-novia-del-hermano-de-lacanna no lea esto.

Anónimo dijo...

Es cierto hermano-de-lacanna, a las mujeres nos gusta sufrir y cuanto mas es el sufrimiento mas son las ganas de estar con el hombre causante de tal. Pero llega un momento que una dice BASTA. Y en mi caso se dio cuando me topé (con algo de delay) con el hombre mas bueno y sincero que existe, Marce lo conoce muy bien y ha sufrido su sinceridad!!!
Y conociendo a ambos: el hijo de puta y el bueno, me quedo mil veces con el segundo.
Lamento contradecirte Lacanna Jr. pero yo he dejado por mujeriego y en este momento, y espero que por mucho tiempo mas, necesito al bueno. Y que quede claro que bueno no significa buenudo y tampoco no mujeriego, es mas creo que tuvo mas mujeres que "Julito" Iglesias (como le dice mi mmammá).
Marce me alegra muchisimo que estés tan feliz y excelente tu post, las risas también sonaron en Panamá.

Celeste dijo...

Vengo de ver el videíto que subio en el post de arriba, jaja.
Su relato del cuerito, salvando las distancias, bien podría estar en una antología de la risa.
=)
PD: estoy recien aterrizando al blog y no logro discernir, usted sufre de alguna esquizofrenia?
Por lo del hermano de lacanna y todo eso. Si alguien puede ampliar, se agradece.
Gracias!
Besos

Fender dijo...

bueh, no sé por dónde empezar. Ehmm... sí, por decirle que no me hizo gracia, porque sé a qué se refiere.

Hace algo más de un año, yo estaba con usted: con blog y chica nueva. Un día noté que su calefón andaba mal. Ella me dijo: "hay que llamar a un plomero", suelta de cuerpo. Yo, sabiendo que entre médicos, abogados y plomeros apenas si se puede distinguir (los plomeros son esos que compran no sólo ropa en el barrio de su chica sino edificios enteros a costillas nuestras, ésos), dije: "No, mami, dejámelo a mí", con aire de suficiencia. No debo negar que sus verdes ojos brillaron con alguna admiración, que conté como un punto a favor.
Después lo pensó mejor y el brillo pareció más bien fruto de alguna basurita. Me dijo: "No, en serio, ¿no querés que llamemos a alguien que sepa?".
Haciéndome el ofendido, le dí un beso y la despaché hacia su trabajo (yo estaba de visita en una semi vacación). Volvería pasada las 18.
Haciendo gala de mi habitual procastrinación, dejé que la mañana pasara en la habitual nada que es mi vida: leer, escribir, comer y tocar la guitarra.
A las dos de la tarde (four hours to go), me acordé del calefón. ¡Marrdita sea mi boca!.
Con azoro descubrí que ¡no había ni una herramienta!.
En nuestro (en aquél entonces, "su") barrio no es que falten las ferreterías, más bien sobran, pero justo fui a caer en una que debe ser sucursal de las que hay en el barrio de la novia suya de usted (acá es más caro porque te cobran el flete -limusina debe haber sido, hijos de remil putas ¿cuánto puede costar una miserable pico de loro?-).
Como soy re vivo y me compré un destornillador "por lo que puta pudiere". Menos mal.
A todo esto, eran las 15 y todo sereno. O más o menos.
Llegué al depto., CORTÉ EL AGUA y el GAS, saqué cuanta tuerca, tornillo, y objeto desenroscable ví o tanteé (había mucho hollín, por lo que éste iba impregnando toda el área, incluso mis manos, mi cara y mi ropa) del calefón, y nada pasaba.
Nada, eh. Todo seguía ahí, como si aparte de atornillado y enroscado estuviera pegado.
Dieciséis horas. Mi sien latía un poco.
Haciendo esfuerzos deductivos más dignos de un problema de física teoríca, como el origen del universo -o su fin-, dí con un tornillo hijunagran siete que, por supuesto, estaba más agarrado que la mismísima. Esto prueba que los plomeros son los que diseñan estos aparatos para que sólo los enterados puedan ejercer la profesión. ¡Poner un tornillo ahí!
A las 16, 45 conseguí sacar el diafragma, el cual estaba tan roto como mis bolas.
Fui a la misma ferretería, pero acá el problema era totalmente opuesto al suyo: taaantas ferreterías hay que cada una se especializa y la que te vende picos de loro no te vende cueritos, ni la que vende cueritos te vende clavos. Y así.
Preguntando se llega a Roma y después de veinte minutos de correr entre waypoints dí con el repuesto (igual, en plomería nada anda según las normas y siempre hay que adaptar algo, otra trampa de los plomeros).
Habían pasado las 17.15 cuando conseguí llegar. Poner el diafragma en su lugar, probar que nada explotaría por pérdidas era algo que no tenía sentido: si no terminaba a las 18.20 estaría inhalando gas voluntariamente (ella es incapaz de provocarme daño físico -el cual preferiría-).
A las dieciocho yo parecía Mel Gibson en "Arma fatal recargada" o como se llame, tratando de armar algo contra reloj so pena de provocar la muerte de millones.
Me sobraban tornillos. El calefón perdía una gotita de agua. Una gotita, nada más. Pero perdía.
El ámbito de trabajo parecía Chernobyl, pero en vez de verde iridiscente era negro.
Alcancé a poner la tapa del calefón cuando ya se oían sus pasos por el pasillo.
Alcancé a lavarme las manos (pero no la cara, los antebrazos ni el pecho).
Corrí al baño, abrí la ducha y comprobé, mientras la llave se introducía en la cerradura, que salía agua calentísima.

¡Éxito! ¿Éxito? No, que va. Por supuesto que el que estrenó el baño fui yo, a una orden suya. Mientras, cada tanto, me cortaba el agua caliente mientras limpiaba a los bufidos el enchastre de la cocina.
Cada vez que hablamos del calefón, no es un brillo lo que detecto en sus ojos, sino una leve tendencia al parpadeo involuntario. El izquierdo, sobre todo.

Desde entonces, puntualmente, me recrimina la pérdida de la gotita, que quedó como fastidioso recordatorio.
Un lindo tupper hace las veces de depósito de la gotera.

tequesta dijo...

fender rules!!!!

creo detectar en ambos (marcelo y fender) la raiz de su falta de exito en estas empresas que han encarado ... dejaron caer levemente la cintura del pantalón para dejar al descubierto el nacimiento de la raya del traste? ... de no ser asi, estimados, dudo que logren finalizar con éxito tarea de plomería alguna

Tatán dijo...

Esto es así, que se acostumbre, somos todos iguales :P
Si unos se tiene que acostumbrar a todas esa mierda decorativa, ellas se tiene que acostumbrar a que uno moje la tabla cuando mea, y haga un desastre intentando cambiar un cuerito, e´ashi diría Guevarita.
Y sumamos el comentario "Pija y Disgusto". Lo cual queda en: "Yo lo intento arreglar de onda y hago un desastre, si te gusta bien y sino llama al plomero vos, que jode´, pssss.."

nennella dijo...

Brindo por los hombres impulsivos! Y me sumo a Naty... Qué fue de la bella Milady?

Anónimo dijo...

Aqui desde Toronto , Graciela y Carlos, no se porque pero nos suena como que se parece a nuestra sobrina Anna la bella.

Anónimo dijo...

Marcelo, estoy embarazada de 6 meses, casi lo parí a mi hijo de tanto reirme, yo te perdono todo

Anónimo dijo...

Jajajaj y bueno, a veces hay que saber decir, yo no se, llamo al que sabe.
De todas formas, ojala tuviera esa capacidad para redactar tan graciosa, me duele la panza de tanto que me rei