Si hay una profesión que se las está viendo peludas en estos tiempos para mantener su status, es la de médico.
Vamos a ver si me explico.
Históricamente, han existido ciertas profesiones con status, con prestigio, con un halo de respeto envolviendo al profesional como un aura dorada. En los años 50 y hasta los 60 –no tengo a mano mi bibliografía, pero supongamos que no estoy meando a 25 kilómetros del tarro- las profesiones de prestigio eran: abogado, médico, sacerdote y militar. Una familia bien tenía a todos sus hijos recibiendo sus ascensos a teniente, sus títulos de abogados, sus ordenaciones como sacerdotes o sus diplomas de médicos.
Con el tiempo, algunas de estas profesiones fueron desluciéndose. La historia argentina se encargó de que ser sargento del ejército argentino no sea de lo más digno a lo que uno puede aspirar en la vida. De los abogados mejor no hablemos, y de los sacerdotes…, bueno… en algunos casos el ser sacerdote empezó a competir en prestigio con otras actividades como la de coleccionista de pornografía infantil, por lo que con el tiempo, la otrora buena noticia que se presentaba en una familia cuando uno de sus miembros anunciaba su vocación sacerdotal, ahora más bien se mantiene en secreto, y los vecinos del barrio comentan en voz baja que el “hijo de los Arriaga se metió a cura… hmmm… Pobre doña Arriaga… Y… siempre fue un chico raro”.
Después, en los 80 y en los 90 empezaron a surgir las profesiones modernas, con títulos que no se podía tomar en serio ni el Rector de la universidad que los emitía.
“En la Ciudad de Buenos Aires, a los ___ días del mes de __________ de 199__, se le otorga a____________________________ el título de… mmppf… Licenciado… mmpff… perdón… de Licenciado en Marketinmpfffjaaaaaaaaaaaaaajajajajajaaajajaja”.
La única profesión que se mantenía más o menos firme era la de médico. A los médicos se les tenía cierto respeto. Y por mucho tiempo. Nadie le antepone el “Contador” o el “CPN” al nombre de un contador. Nadie en su sano juicio llamaría “Licenciado” a un –dios no lo permita- Licenciado en Marketing, en Publicidad, en Relaciones Públicas, en Recursos Humanos, en Control de Calidad, o en lo que mongo sea que últimamente se estén licenciando los jóvenes que han logrado engatusar a sus padres con que están estudiando algo serio. Pero el médico era "el Doctor". “Llamemos al Doctor”, “Limpien la casa que viene el Doctor”, “Dijo el Doctor que…”, “Portate bien, ¿qué va a decir el Doctor?”. Es el día de hoy que si tengo que acompañar a mi vieja al médico (o, peor, a varios médicos) me da por el quinto forro de las pelotas que ella pierda el doble de tiempo y de saliva porque cada apellido que pronuncia va precedido por el título de “Doctor”.
-¿Quién le mandó este estudio, señora?- pregunta la enfermera, la auxiliar o la administrativa.
-El Doctor… espere… era el Doctor… Por aquí lo tengo anotado… Era el Doctor algo… ¡Acá está! ¡El Doctor Poncela…! No, espere… El Doctor Poncela es el Doctor de la tiroides… Este estudio me lo mandó otro Doctor… El Doctor…
-¡¡¡Mamá, son TODOS doctores!!! Simplifiquemos por el denominador común. Decí "Poncela", "Fernández" o "Mongo Aurelio", ¡¡¡pero dejá de decir Doctor, por favor!!!
Pero resulta que la profesión de médico viene perdiendo una batalla con una nueva generación. Una generación que accede a Internet, que es curiosa, y que -¡herejía!- ve series de televisión sobre médicos.
Y esto les da por el vigesimonoveno forro de las pelotas a los “Doctores”.
-Muy bien, dígame. ¿Qué lo trae por acá?
-Bueno, mire… Empecé con un eritema palmar y ahora empecé a notar acropaquia y…
-Ah, ah, ah… Caramba… Parece que estuvimos leyendo en Internet…
-Bueno, sí. Resulta que estuve investigando los síntomas y se llaman así, a menos que…
-Ajá… Ahora resulta que somos todos médicos… Leemos cualquier cosa en Internet y ya nos diagnosticamos.
-Eh… No, discúlpeme. Yo no me estoy diagnosticando. Usted me preguntó los síntomas y yo le dije los síntomas. Ahora bien, si quiere sentirse mejor yo puedo hacerme el pelotudo y en vez de decirle “eritema palmar” le puedo decir “uh, mire d’otor, se me hincharon las palmas de las manos y se me pusieron coloraaaaadas”, y en vez de decir “acropaquia” puedo decirle que “oia, mire qué cosa más rara esto en las uñas”. Además, no es que lo saqué del blog de Podeti. Resulta que –por si no lo sabe- la Clínica Mayo tiene una página web. No todo lo que está en Internet es “cualquier cosa”, pero lamento mucho si TODO lo que USTED busca o encuentra en Internet es “cualquier cosa”…
Y eso que hasta ahora sólo estamos hablando del aparentemente mortal pecado de mencionar los síntomas por su nombre (insisto; no estamos haciendo autodiagnóstico o autoprescribiéndonos medicaciones). Pero avancemos un paso más y tratemos de discutirle un diagnóstico a un “Doctor”.
-Mhh… Lo que usted tiene es una poronguitis. Póngase esta pomada y…
-Eh, disculpe… (entre dientes) dctr… Pero me parece que la poronguitis incluye muchos otros síntomas que yo no tengo ni aunque los pudiera fingir, y además no explica en absoluto el eritema palma…
-¡Ah, bueeeeeeno! –se enloquece el “Doctor”- ¡Discúlpeme usted, "Dr. House"! ¿Así que una poronguitis no es lo suficientemente interesante para usted? ¡Me parece que usted ve demasiadas series médicas y no puede asumir que acá el MÉDICO SOY YO!
Muchachos, muchachos… Cálmense. No se pongan así. Nadie –hasta donde yo sé- es tan pelotudo como para autodiagnosticarse lupus o sarcoidosis sólo porque le pegó mal un capítulo de House M.D. Ni nadie va a ser tan pelotudo como para autorecetarse Vicodín porque le duele mucho la gamba después de una mala pisada en un partido de papi fútbol.
Pero bájense del caballo. Entiendan que ahora la gente está un poco más informada. Ahora, todos tenemos acceso a más información Ustedes, los “doctores” y nosotros, los “pacientes”. Es más; podrían tomarlo como una buena noticia. En la mayoría de los casos, el paciente está más interesado en ponerse bien que lo que puedan estar ustedes, por más Juramento Hipocrático que hayan hecho. En muchos casos, el que el paciente se informe, el que pueda describir mejor sus síntomas, el que pueda agregar detalles que puedan ayudar al diagnóstico y la curación, podría ser algo bueno. Paciente y médico trabajando juntos, ayudándose. A curarse, uno, y a hacer un buen trabajo, el otro.
Pero si eso les da muy por el lado del complejo de inferioridad, malos tiempos se avecinan para ustedes.
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Este post está dedicado a la Doctora Mónica Blanco, dermatóloga del Centro Gallego, que no sufrió ningún ataque de inseguridad profesional ni se sintió vejada en su amor propio cuando yo le propuse considerar en su diagnóstico el nombre de una enfermedad rarísima, que se da en una persona cada un millón. Y que estuvo de acuerdo conmigo y le estampó la firma.
Y al Doctor Wenceslao Sánchez de la Vega, Jefe de Alergia del Centro Gallego y Presidente del Consejo Nacional de Alergia e Inmunología, caballero español cuya elegancia, corrección, educación y buen trato hacen honor a su nombre y apellido. Este caballero –lo siento, no tengo más sinónimos que “caballero” para definir al Dr. Sánchez de la Vega, y no precisamente porque yo sea corto de léxico- estuvo una hora conmigo, leyó conmigo 45 páginas (en español y en inglés) que yo había llevado impresas “de la Internet”, confirmó el diagnóstico inicial de la Dra. Blanco, me enseñó todo lo que yo tenía que saber y me tranquilizó todo lo que una persona puede ser tranquilizada por un médico.
Muchísimas gracias.
18 comentarios:
Uhhh... ahora veo que has pasado por algo serio realmente serio. Espero que te mejores, Marcelo.
Ah, y no me gustó el comentario sobre los sacerdotes. Ni son todos los que están ni están todos los que son. Y eso estoy seguro de que ni vos lo podés negar. Salud.
Yo creo que la escala se conserva, pero ahora, discepoleanamente, a perdido nivel.
Los matasanos, los boga o los pedof... cof... cof... hombres de Dios han perdido el lustre, es innegable.
Pero también perdieron estrella el ser periodista, político (una subraza de los abogados), empresario o plomero. Apenas si sobresale el título medio eufemístico de "científico" (mencionado como tales por publicaciones que no saben nada de ellos ["Científicos de la Univ. de La Plata han descubierto que el insomnio es provocado por un gen medio ruidoso...", por ejemplo]).
La gente dice "Fulanito es científico" y logra, invariablemente, que el interlocutor abra los ojos con sorpresa, en un gesto internacionalmente aceptado como de asombro, respeto y ¡no me digás!.
Y con respecto a la internet, andá a discutirle una teoría sobre el peso de los neutrinos y si éste es suficiente para frenar la expansión del universo: te va a mirar con sorna y te va a decir "Pibe, no sólo leíste algo que ya descartó el Simposio de Astrofísica de París hace tres décadas, sino que el ex científico que lo sostenía ahora limpia el baño del CERN; trabajo autoimpuesto por la vergüenza que siente como verdadero científico al decir semejantes estupideces".
No servirá de nada retrucar con la materia oscura, los vacíos de Coma Berenices o las masividades de los agujeros negros del centro de la galaxia: él sabe más que vos y punto. Lo que no sabe, no se lo vas a venir a decir vos. Y ya.
Pero es cierto, algunos Caballeros quedan. Pocos, pero existen.
en pocas palabras, me gustó MUCHO el post, por coincidir en, mas o menos, el 115% de lo que dice
lo que mas me gustó es: "En la mayoría de los casos, el paciente está más interesado en ponerse bien que lo que puedan estar ustedes, por más Juramento Hipocrático que hayan hecho."
muy buen post marcelinho!!!
Hace mas de diez años que trabajo en algo realcionado con servicios de salud, y me sobran motivos para despreciar el negocio inmoral en que se ha convertido la medicina "oficial".
Lo buenos médicos, esos que ejercen por vocación y no por guita, esos que honran la profesión siendo persona antes que "doctor", son la excepción que confirma la regla. Son los menos.
Hoy por hoy, la medicina fabrica enfermos en lugar de curarlos. Trata de que la gente piense que está enferma o permanezca enferma el mayor tiempo posible para obtener mas ganancias.
Desde la OMS para abajo, a la gran mayoría los mueve el negocio.
Encontrar un médico que sepa escuchar y, sobre todo, que reconozca que le queda aún muchísimo por aprender, es algo muy raro y valioso.
Generalmente sus egos son mucho mas grandes que sus conocimientos.
45 minutos, páginas en inglés, páginas en castellano y congresos médicos para determinar que usted posee orificio anal dilatado? tanto escombro para eso?
en fin...
Espero el próximo post donde se explaye sobre las profesiones modernas.
Lacanna, hace años que lo leo y puedo decir que le tengo cierta admiración y respeto. Pero déjeme decirle una cosa:
ESTÁS TOTALMENTE LOCO CHABÓN.
Un cordial saludo.
Otra profesión un tantín denigrada: los visitadores médicos. En gral cuando se van, resuena el "Este no sabía nada, vistessss?"...
Y yo soy de las que tiene título con nombre raro, viejo, asi que cuidadito con nosotros "los modernos"... dominaremos el mundo, eventualmente.
1ero: Si llamamos a laguien por su titulo, llamemos a TOODOS por su título. Pero Completo.
Y entonces se oirán por la ciudad cosas como: " Como le va, Licenciada en Gestión e Historia del Arte? que lleva hoy? unos chorizitos? Como anda de los juanetes?"
2do: trabajar en la recepción de un consultorio de un dotor del PAMI te hace oir ( y ver!) cada cosa...después les cuento
y 3ro: Si su diagnóstico es poronguitis...mamma mía!! (según tengo entendido, todo lo terminado en itis es una inflamación de algo)
Mi tío, el dotor, siempre decía: Brindemos por el dinero, porque la salú, va y viene
Che, si hablamos de liceniaturas extrañas, yo me voy a recibir de "Licenciado en Actuación", y den por seguro que voy a obligar a TODOS mis allegados a llamarme Licenciado ¿Sinó para que quiero el título?
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Respecto de los médicos: me parece que casi todos erramos cuándo entendemos al doctor como un ser superior y omnisciente, y no solamente como un tipo que sabe sobre un tema al que nosotros no le damos bola. Uno (Yo) va al médico esperando que mágicamente el tipo descubra la causa de los males que nos aquejan, nos de una pastillita, y listo el pollo. Y, lamentablemente, no es así. Los medicos son humanos, y muchas veces suelen ser personitas miserables con delirios de grandeza que hacen su trabajo como les sale. O sea que lo que propone el señor Lacanna es un arma de doble filo, porque por un lado es bueno ayudar con conocimiento a formular un diagnostico más acertado, pero por el otro tampoco quiero que me opere de hemorroides un tipo al que he ofendido de aluna manera ¿Se entiende?. Lo que creo mejor, después de este pequeño análisis, es no quedarse con un unica opinión. Lo mejor es tener, por lo menos, tres opiniones distintas. Tres profesionales distintos sería lo ideal, me parece, aunque fuere un poco incómodo.
Y bueno, viejo, tres veces al médico. Si no te gusta el anoscopio bancatelás, que querés que te diga.
¿Cómo anda la gata de más abajo? ¿Superó su escoliosis crónica?
Yo también quería preguntarle por su gatita, ya tiene su cartilla veterinaria al día?
a favor de los médicos lo que puedo decir es que la práctica de la medicina es una de las peores conjugaciones de cosas aleatorias que puden darse ...
por un lado ... el propio factor humano del médico que puede pifiarle en su diagnóstico, lo cual le puede suceder a cualquier profesional, pero en el caso de la medicina, es un poco mas grave, no?
pero, por otro, la propia guachez del paciente/cliente que se dedica a enfermarse de cosas que tienen síntomas raros ... si, ya se que una fractura expuesta de tibia y peroné no tiene mucha dificultad en el diagnóstico, pero no son esos los casos de los que hablamos ... me acuerdo de una frase de una amiga médica que me dijo "cuando viene uno con fiebre, le sacudís amoxidal, si después de un par de días no mejora, se estudia un poco mas el cuadro" ... "que simpática hija de puta que sos" le dije y ella me respondió "sabés que pasa? el 98% de los casos, con amoxidal se solucionan, entonces, para que corno me quiero poner a investigar si ya se que con esa solución tengo el 98% de efectividad y me queda tiempo para dedicarme de lleno al 2% que realmente necesitan atención?" ... y saben que? a mi me convenció
por otro lado, agarrando para el lado del titulismo ... los que mas me molestan de todos son los abogados que se hacen llamar "doctores", yo soy ingeniero y para que me digan "doctor" me tengo que romper el tujes estudiando 5 años mas y, tal como corresponde a un doctorado, con mi tesis, contribuir al conocimiento de la humanidad ... pero estos hijos de un tren lleno de putas, estudian 5 añitos así nomás (yo hice 6), se reciben y ahi nomás, se ponen el "doctor" adelante ... si si, como no ... NUNCA en mi vida le dije doctor a un abogado, y nunca se lo voy a decir, a menos que me demuestre que hizo un doctorado
ah, por otro lado, me rompe bastante las pelotas cuando alguien me dice "Ingeniero"
Lo de los títulos totalmente de acuerdo. Ahora lo de "fijarse" en internet, no sé, será porque yo tengo tendencias hipocondríacas, pero todo lo que yo busco parece cáncer y cuando voy al médico se cura con ibuprofeno :P
Así que no, gracias, prefiero esperar la opinión de un tipo que no solo estudió sino que también vio mas de un caso... eso si lo suyo Marcelo es una excepción, esta bienque se haya informado de distintas fuentes.
"porque le pegó mal un capítulo de House M.D"
ES UN TORRENTE DE MARIHUANA!!!
(muy de vez en cuando... MUY... me pongo así de pelotudo... o eso creo yo al menos)
Saludos
kike: Ciertamente, se trató de algo serio. Pero ya estamos fetén-fetén. Con respecto a eso de que "ni son todos los que están ni están todos los que son", estoy absolutamente de acuerdo; por eso usé las palabras "en algunos casos".
fender gebiet: Hoy me colgué mal leyendo sobre vacíos, agujeros negros, el punto Omega, la constante de Hubble, y toda esa bola. Tema áspero...
tequesta: Gracias.
renegado: Por todo eso es que les dije "muchas gracias" a estos dos Doctores.
anónimo: Hilarante.
damián bacalov: Tendría que actualizarme al respecto. Cada día se inventa una nueva.
juannn: ¿Por?
naty: ¿La señora es...?
maría: Fue un ejemplo. Fue un ejemplo.
paco: ¿Tres médicos? ¿No es un poco mucho?
hgb: Bien, gracias.
nennella: La gatita está mejor que todos nosotros juntos.
tatán: Bueno, sí. Para un hipocondríaco, eso sería un peligro. Pero no es el caso, por suerte.
guillex: ¿Que qué cosa es qué?
Suena a que leyó "Corazones solitarios en el cosmos" de Dennis Overbye.
Lectura recomendable (áspera, pero recomendable) si las hay.
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