Cinco cosas para hacer antes de morir

Acá el amigo Gabriel me propone el siguiente desafío –copypasteo textualmente-:

“5 Cosas que considera que debería hacer antes de morir (no vale la de plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo, no sé si será padre pero tener hijos está en la lista de casi cualquier persona)”.

Hace un par de años me había entusiasmado con la idea de preparar un librito, o una serie de artículos cortos, o algo así, con este tema. Cada capítulo (o cada articulito) cubriría un desafío a alcanzar, una frustración a superar, un deseo inconfesable. La cosa pintaba bien, pero después me dio paja y mandé todo a la mierda.

Pero a ver… Cinco cosas que debería hacer antes de morir… ¿Alcanzables o inalcanzables? Porque una cosita es decir: “bue, me re va la idea de navegar en velero”, y otra cosita muy distinta es anhelar algo que incluya entre sus componentes principales a Eva Green y un pote de helado Munchis.

Está bien, está bien. Vamos con las dos, por las dudas.
Cosas alcanzables que debería hacer antes de morir (alcanzables en el sentido de que no tengo ninguna limitación física ni cuestión legal que me impida hacerlo):

1. Navegar en el mar. Pero posta. Nada de salir a pasear en una lanchita por el Tigre, ni uno de esos cruceros lleno de pelotudos, ni una excursión de pesca de dos horitas. No, no, no. Ir DE ACÁ hasta ALLÁ en velero, ponele hasta Punta del Este o Brasil, pasando –obviamente- al menos una noche en el mar. Y pescando.
2. Aprender a tocar ALGO en el piano. Cualquier cosa. No digo la Fantasía Coral de Beethoven, no… “La cucaracha”. Me conformo con “La cucaracha”. O un boogie boogie. Veo un tipo tocando el piano y me emociono. Soy fanático del piano desde los tres años. Pero no logro tocar dos compases seguidos sin que alguien me pregunte si me siento mal.
3. Ver ejecutar, en vivo, la Novena Sinfonía del amigo arriba mencionado. Idealmente, por Barenboim.
4. Algo relacionado con el cine erótico o la fotografía erótica. Creo tener un raro talento para eso. O no, pero la pasaría bomba.
5. Aprender a hacer un asado como Dios manda, sin necesitar de la intervención de algún amigo, los bomberos o el Instituto del Quemado.

Cosas inalcanzables que debería hacer antes de morir (inalcanzables en el sentido de que… Bueno… ¿Qué parte de Eva Green y el pote de helado Munchis no se entendió?):

1. Dirigir la Novena Sinfonía de Beethoven. Sí, di-ri-gir-la.
2. Cenar, en una misma mesa, con Scott Adams, Larry David y Aaron Sorkin.
3. Viajar una vez en alguna de estas naves espaciales para vuelos privados.
4. Recorrer el África y el Tíbet.
5. Cierto viaje con cierto amigo. No vine al caso decir mucho más, pero es a New Orleans. es una promesa que tenemos, para cuando a uno de los dos le sobre algo de guita.

Aunque pensándolo bien… Eso de ponerles el rótulo de “inalcanzables” desde el vamos se me antoja muy de perdedor. Muchísimas cosas que he juzgado inalcanzables estuvieron allí, a la vuelta de la esquina. He hecho cosas que deben estar en la lista de “cosas inalcanzables para hacer antes de morir” de más de uno. Simplemente se trató de desearlas mucho.

Quién sabe... Por las dudas, voy a tener a mano el teléfono de Munchis.