Instrucciones para terminar una semana encarajinada

1. Ponga a sonar una de sus doce grabaciones de la Fantasía Coral para piano, orquesta y coro de Beethoven, preferentemente la versión de Daniel Barenboim (pero la de Richter puede funcionar, también). Suba el volumen hasta que las ventanas vibren.
1. Coloque en una placa para horno una tira de asado, previamente sellada en una plancha.
2. Abra un tinto bueno.
3. Corte "groseramente" (esta palabra se me pegó por culpa del Gourmet.com) dos cebollas y un ají rojo.
4. Piense en que mañana al mediodía tiene el cumpleaños de un niño al que adora.
5. Agregue sal gruesa, pimienta, romero y unas hojitas de laurel.
4. Piense que mañana a la noche cenará con su mejor amigo, en algún restorán nuevo a evaluar. Sepa que terminará con la sangre diluida en champagne mirando TV en el televisor grandote de su amigo, mientras discute sobre macroeconomía, el conflicto entre el Líbano e Israel, el fenómeno de los blogs y la obra de Jorge Luis Borges, todo junto, y a los gritos.
5. Reciba el llamado de alguien que ama. Sepa que está bien. Hágale saber que usted también. Y hágale saber que la ama.
6. Meta la fuente en el horno.
7. Suba el volumen porque ahí viene la entrada del coro. Si no es de los vergonzosos, atrévase a cantar a los gritos: "Schmeichelnd hold und lieblich klingen, unsres Lebens Harmonien, und dem Schönheitssinn entschwingen, Blumen sich, die ewig blühn."
8. Reflexione sobre lo jodido de la pronunciación del idioma alemán.
9. Sírvase otra copa del tinto bueno y disponga sobre su mesa las cajas con los DVDs de las cinco temporadas de Larry David y sienta lo mismo que sentía un adolescente en los 80, cuando se paraba junto a la batea de pornos en un videoclub.
10. Respire hondo. Prenda un cigarrillo (OK, de acuerdo: si no fuma, mastique un chicle o haga lo que hacen los que no fuman cuando quieren disfrutar de un momento único).
11. Bájese una copa grande del tinto bueno mientras hojea la revista del Gourmet.com.
13... Digo, 11... Caliente una sartén con un poco de aceite de oliva. Saltee unos champignones y unos tomates con algo de vino blanco.
13 (ahora sí). Reflexione sobre que la felicidad no reside en la ausencia de problemas, sino en la batería de recursos con los que uno cuenta para hacer frente a los problemas: un cumpleaños en un pelotero, un asado al horno, un mejor amigo, el llamado de alguien a quien uno ama, un tinto de los buenos...
13 (Nnnno, ahora va el 14) Recorra con el dedo la lista de episodios de Larry David, eligiendo el que va a ver mientras se zampa el asado al horno.
14. Saque la fuente del horno, ponga el DVD y emplate.

Y que suelten los leones.