Saturday Night... Live

1) Poner a bajar una docena de documentales de tv.fucktheinter.net.
2) Clasificar DVDs y guardarlos en sus correspondientes carpetas: películas, musicales, software, música en mp3... Volver a pensar que tener tanto pero sin un mínimo orden, es como no tener nada.
2) Visita al hospital.
3) Volver del hospital y quedarme sentado un rato, pensando en el tremendo monitor que me voy a comprar en unos días. Dibujar sus dimensiones con marcador, en el reverso de un mapa grande que tengo acá, y compararlo con el monitor que tengo ahora, que me parecía tan grande.
4) Ir caminando hasta el Carrefour.
5) Meter en el chango bifes, provoletas, ajos pickle, vino, whisky, una sidra buena (¡cómo me va la sidra! ¡y la buena!), una ñoquera de madera (tema para el próximo post gourmet), dentífrico, unos vasos de vidrio, y un blister lleno de lapiceras.
6) Volver a casa.
7) Poner Live 8.
8) Leer un poco a Los Salieris. Pensar en que tengo ganas de juntarme a escabiar con estos tipos. Será cuestión de ponernos de acuerdo, nomás.
9) Terminar de leer un libro interesante.
10) Poner la plancha en el fuego y dejar que caliente bien.
11) Seguir viendo Live 8, y estar convencido de que a Madonna le doy. Y a Sarah McLahan también.
12) Tirar dos bifes sobre la plancha. Un poquito de sal gruesa. Apenas dos minutos.
13) Provoleta en el microondas. Un minuto.
14) Dar vuelta los bifes. Otros dos minutos.
15) Abrir un Callia Alta Syrah-Malbec. Servirlo.
16) Emplatar: poner los dos bifes vuelta y vuelta, uno arriba del otro, chorreando sangre y jugo. Poner, a un costado, la provoleta. En un rincón, un poco de chimichurri hecho por mí.
17) Poner la temporada 5 de Seinfeld. Sacarme el delantal (quizás omití mencionar que me compré un delantal negro en Carrefour).
18) Poner play, cortar un pedazo de bife, llevármelo a la boca, y pensar -una vez más- en que suelten los leones, los reciarios y los mirmillones, que acá seguimos.

Cansados, pero de pie.