miércoles, 17 de mayo de 2006

¡Ah, varón!

Tengo treinta y tres años. Trabajo desde los dieciséis. He leído libros. He viajado por el mundo. He escrito. He tenido tiempos buenos y tiempos malos. He gozado de modestas glorias y he sufrido no tan modestos fracasos. He ganado mucho dinero y he perdido mucho –mucho más- dinero. He tenido casa y perr… bueno, gatos. He plantado árboles. No tengo hijos, pero tengo ahijados hasta no reconocidos. He conocido el amor.

Pero no sabía –hasta hace unos pocos días- lo que era ser verdaderamente un HOMBRE.

Esteeee… Me compré un taladro.

Agradezco los aplausos de la audiencia masculina, que entiende de qué estoy hablando, pero déjenme seguir… Gracias… gracias…

Sí, me compré un taladro. Alcancé el ápice mismo de la masculinidad. Y no me vengan con lo fálico, ni con simbolismos baratos. No me jodan. Un taladro es un taladro. Pero un hombre no es hombre hasta que tiene un taladro.

No entiendo cómo pude vivir hasta ahora sin un taladro. He sido responsable de cinco casas diferentes y nunca había tenido un taladro. He tenido que depender de un amigo, de un cuñado, de un portero, para que viniera a hacer un hoyo en una pared, sin poder experimentar el regocijo animal, primigenio, de decir: “ah… perá un cachito… dejame traer el TALADRO”.

Y aquí tengo mi taladrrrro (perdón por la exagerada vocalización de la última sílaba, pero es que hasta el nombre es elegante). Lo tengo acá, sobre mi escritorio, mientras escribo esto; junto a mi lapicera preferida, mis dividís de Seinfeld y mi copa de cabernet sauvignon. Aquí está mi taladro.

Parece un arma. Tiene manijita adelante, como esos subfusiles modernos. Tiene una cosa como una reglita a un costado, que parece una mira telescópica y que aparentemente sirve para no perforarle el cráneo a un vecino, pero que todavía no sé muy bien cómo se usa. Tiene velocidad variable, percutor, reversa…

(Ampliaremos...)

7 comentarios:

Delirante dijo...

Tiene dos.. una que es para perforar paredes, y otra para maderas, je!

Sí, soy mujer, adolescente.. y sé lo que es taladro y cómo usarlo. Sentite mal :P

Saludos :)

Fender dijo...

Yo tengo un taladro y una caladora... Y no paro hasta el destornillador electrico!

Anónimo dijo...

Esteee... yo no tengo taladro, pero sí un destornillador a pilas que lo uso pa' taladrar madera. Sirve como ápice de masculinidad?

Anónimo dijo...

si vos te sentís así por un taladro ... el señor ese que maneja esos tractorcitos que tienen el pendorcho ese para romper el hormigón de las calles se debe sentir Dios, no?

tequesta

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...
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Lorena J. Saavedra dijo...

Anduve paseando y ya vi cómo se hacen hombres ustedes. ¡Fantástico! Además, podés elegir la manera en cómo sos hombre: fábrica, diseño, funcionalidad y demás instrucciones que vienen en la caja. Mirá qué nice, nosotras en cambio, ¿tenemos que esperar que nos desvirguen o parir? Vaya está bueno, solo me quedo con la mitad del ritual. Jajaja. ¿No hay pic del taladro? Ponela.